EL GOCE DE PESCAR EN LA CIENAGA
DESTINOS, Año XII, No. 6 de 2004, p. 7

Junto a la observación de aves y el senderismo, el Parque Nacional Ciénaga de Zapata cuenta en el suroccidente de cubano con una escogida oferta de pesca deportiva marítima de avíos ligeros, cuyo conjunto de actividades ecoturísticas contribuye al sostenimiento económico del área protegida.

El macabí y el sábalo constituyen allí las principales especies de peces, las cuales integran un selecto grupo con la palometa y el róbalo, que los deportistas llaman los reyes de la vara y el carrete, pues nada es comparable a su fortaleza, velocidad y belleza. Tan carismático cuarteto es reconocido en las categorías grand sland establecidas por la Internacional Gane Fish Association, IGFA, cuando al menos tres de ellas son capturadas durante una misma jornada de pesca. Barracudas, jureles y cuberas son asimismo frecuentes en aquellas aguas.

Dos son las áreas del parque abiertas en la actualidad a la pesca turística. La principal es el refugio de fauna de Las Salinas, un conjunto de lagunas de agua salada interconectadas entre sí, que se extiende tierra adentro hasta ocho kilómetros del mar adentro, de las cuales el área de explotación suman unas 3 000 hectáreas. La otra es el río Hatiguanico, que nace en el corazón de la ciénaga y desemboca en la ensenada de la Broa.

Desde el poblado de Playa Larga, centro administrativo del municipio Ciénaga de Zapata, un recto camino avanza 21 kilómetros por entre bosques y humedales poblados de aves acuáticas hasta la estación ecológica de Las Salinas. Allí el pescador y su guía abordan un bote ligero y navegan a impulsos de silenciosas palancas a través de los territorios del macabí (Albula vulpes).

Cada día se sale a alguna de las 13 zonas en que está dividida el área de pesca, y luego se cambiará a otras para evitar el exceso de estrés a la población ictícola. La pesca se lleva a cabo bajo estrictas normas de “captura y suelta”; la técnica más efectiva es el fly casting o pesca a la mosca. Más de una docena de picadas son factibles por cada sección y pescador, y se capturan allí macabíes de dos a ocho libras de peso. Un torneo local a comenzado a ampliarse hace dos años.

Más al oeste, el curso medio del río Hatiguanico está poblado de jóvenes sábalos (Tarpon atlanticus). Existe un punto de embarque al cual se accede desde la localidad de Hato de Jicarita, en el kilómetro 104 de la Autopista Nacional (A-1). La navegación ofrece un intimo contacto con la naturaleza a lo largo de esta vía fluvial; también aquí las numerosas aves y la vegetación típica preparan el espíritu para las emociones del día.

Descendiendo el cause en una lancha fueraborda, se cruzan tramos estrechos de cerrada vegetación y otros despejados como lagunatos, donde es bien productivo soltar un rapala magnun con la caña de spinning y clavar con decisión cuando se siente un brusco frenado en la línea. Pronto verá saltar el sábalo de entre cinco y 12 libras; cuando usted lo acerque al bote, el guía lo tomará con diligencia, para fotografiarlo, pesarlo y colocarlo otra vez en el agua. Dígale adiós con alegría.

Ciénaga de Zapata es un maravilloso mundo aparte. Su sola toponimía le acelera el pulso a los que viven fascinados por la vida silvestre: el bajo del Tiburón, El placer de Las Lisas, el estero de Las Piedras, la poza de Manuel, la laguna de Las palometas…

A usted le informarán seguramente que es uno de los humedales más importante del planeta y que hay allí alojamiento y gastronomía convenientes. Para el pescador es importante saber que puede contar con guías que saben pescar a fly, aman la pesca recreativa y tienen muy claro el concepto de pescar con línea fina y conservar la vida de cada pez. Usted sabe a lo que me refiero.

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