BLACK BASS, PEZ DEL ESTADO DE CALIFORNIA
(Publicado por la revista Heraldo Deportivo, California, Estados Unidos de América; Año X, No. 105, marzo de 2004, páginas 19 Y 20)
Pocas cosas hacen más felices a los pescadores de aguas interiores como un dia de verano que comienza con abundante picada de black bass. Este pez, el boquigrande, al que deberíamos llamar lobina negra si fuéramos a titularlo correctamente en nuestra lengua, trae locos a los aficionados desde hace más de un siglo lo mismo en Florida que en Mexico o Canadá, en España, Marruecos o Japón, y ni se diga en California.
Su nombre científico es Micropterus salmoides y pertenece a la familia Centrarquidae, en la que están emparentadas la lobina de boca chica (M. Dolomieu) y el grupo de las percas sol o más propiamente sunfishes (Lepomis spp.), entre otras.
El cuerpo fuerte y robusto del bass está recubierto de pequeñas y brillantes escamas que recuerdan el color del bronce; las libreas más bellas tienen cierto tinte dorado con un reflejo de pálido verde, pero otras son oscuras hasta casi justificar el negro de su nombre.
Con todo, lo más sobresaliente en este pez es su acción: voraz, belicosa, explosiva.
La pesca de esta carismática especie es factible con un amplio arsenal técnico, a partir de avíos de lanzado en las modalidades baitcasting, spinning, spincasting y fly, en dependencia de las aguas en las que se pretenda pescar y de las particulares preferencias del deportista. La elección de señuelos pasa inevitablemente por un mareante surtido, en colores y formas, de modelos en plástico suave, entre los cuales las viejas lombrices son las más socorridas, aunque no las únicas. Tarugos para toda la gama de profundidades -Rapalas, aunque no sean de la popular marca-, spinnerbaits e inventos que nadan de mil formas, vibran como un sonajero o lanzan amenazantes destellos, hacen más ameno el rompecabezas de elegir con qué convencer a la lobina boquigrande cuando amanece esquiva. Todo funciona y nada funciona y depende de mil cuestiones.
De acuerdo con un listado publicado en 1995 por The International Angler, 22 de las 26 mayores capturas de black bass fueron realizadas en California, incluídas las que seguían al record del mundo, logrado en 1932 por George W. Perry en Georgia, con 22 libras y cuatro onzas. El que más cerca ha estado de esta longeva marca es el californiano Robert J. Crupi, a quien faltó solo el cuarto de libra para la igualada.
Mr. Crupi, que ha hecho carrera en Castaic Lake, tiene otras dos capturas en el registro mencionado y nada menos que 91 piezas inscritas en el 10 pound Bass Club de la International Game Fish Association, IGFA. Con esta contribución, más otras 58 piezas anotadas por varios pescadores, California se acredita el 43 % de las 344 ejemplares de lobina negra boquigrande que en el año 2003 formaron parte de este Club.
La totalidad de los records mundiales por categoría de línea vigentes en 2003 se hallan en poder de California: cuatro debidos a Bob Crupi ; el más reciente de todos (1998) por Terry McAbee, y los restantes por Raymond D. Easley y Dan T. Kadota; casi todos logrados en Castaic Lake, con excepción de dos, realizados en Isabella Lake y Oakview, respectivamente.
En la división fly, cuatro de siete records del mundo corresponden a aguas californianas, con reportes en los lagos Dixon, Morena y Poway. El principal record internacional de black bass pescado a mosca en California corresponde a Ned Sparks Sewell, con una pieza de 13 libras y 9 onzas cobrada con tippet de 8 lb. Lo supera John H. Lindsey, Jr., que logró inscribir uno de 14,2 lb en Texas.
Una de las más desconcertantes noticias de los últimos tiempos en el mundo de la pesca fue el black bass de 24 libras que Paul Duclos sacó del agua en marzo de 1997 en Spring Lake, California. La posibilidad de que un pequeño lago diera tal monstruo fue aceptada por los ictiólogos, pero nadie quiso aceptar como válido un peso obtenido en una escala de baño. Duclos, quien no estaba pensando en establecer un record, ni mucho menos en matar un bass a punto de desovar, hizo algunas fotos y lo devolvió al agua después de haberlo cobrado con un señuelo de nueve pulgadas, para escándalo de unos y tranquilidad de otros.
Lo más característico del black bass, o lobina negra, o boquigrande, es su salto. Si después de haberlo dado ella sigue unida al anzuelo, entonces es que usted ha aprendido algo… o esta mañana está de suerte. Aprovéchela.
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