A VARA Y CARRETE EN CABO CRUZ
Por Alejandro Dacosta y Rivers
Septiembre/ Octubre 2002

El XI Torneo Nacional de la Pesca a Spinning Marítimo, efectuado entre dos ciclones en el extremo suroriental de Cuba.
Dos sesiones a viento y marejada. Una triste experiencia: cuando las reglas no lo dicen todo.


En casa nos despidieron con mucha recomendación de que nos cuidáramos, que andaba un ciclón por oriente y qué locura esa de ir a pescar precisamente cuando la gente se mete en su casa a destupir tragantes y vigilar goteras. El tren número 13, que nos lleva Bayamo, llegó fenomenalmente en hora a la capital de la provincia de Granma. Prometí decirlo, pues lo cumplo.


De ahí seguimos, 158 kilómetros más, hasta Cabo Cruz, donde cada septiembre se reúnen los pescadores a spinning más destacados del país para competir en un escenario agreste y junto a un poblado de personas muy acogedoras.


Nuestro anfitrión, Enrique Domínguez, presidente de la filial provincial de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, subraya la voluntad granmense de efectuar el certamen a pesar de los inconvenientes meteorológicos y algunas medidas dictadas a última hora por autoridades de frontera a causa de un recalo de droga a varias millas de distancia. Ya sin esto, molesta bastante el narcotráfico. Pero hubo torneo.

TRISTEZA HABANERA
Toda la mañana transcurrió en una interrogante. Por una parte, esperando la respuesta a los trámites que con la autoridad de frontera realizaban los organizadores, empeñados en salvar el certamen cuando todo se había hecho para llevarlo a cabo. Pasado el mediodía se pudo respirar: habría salida al mar y con remeros. El otro motivo de ansiedad eran el viento y el oleaje que, como remanente del paso del huracán Isidore por los mares próximos a Cabo Cruz, levantaban espumas furiosas en la rompiente.


Tres cuartos del horizonte estaban cubiertos de nubes cuando a las 2:20 de la tarde se dio la señal de salida a los botes. La espesa cortina gris avanzó tan rápidamente que, cuando la mayoría de las embarcaciones llegó a la rompiente, ya estaban bajo la llovizna y las más alejadas dejaron de verse desde el muelle. En tres de los botes se vió a pescadores con las cañas dobladas. Había peces esperando los señuelos.


A las siete de la tarde, después de un manojo de aguaceros, se realizó el pesaje a la muriente luz de la nublazón. Llegan las ensartas ante el juez y se comprueba la abundancia de barracuda y cibíes -amarillo y carbonero-; también pesan lagarto, guatívere, rabirrubia, biajaiba, carajuelo y candil. La pieza mayor es una barracuda de 7,0 libras que pescó Rolando Rodríguez, de Granma, que va asi directo al correspondiente premio.


Triste jornada para el equipo de la provincia de La Habana. Después de todos los esfuerzos por llegar a este certamen, el desconocimiento de una regla que no se mencionó en el congresillo técnico y la empeñada reclamación del equipo de Ciudad de La Habana, provocó la descalificación de la primera jornada a Aniel y Pelayo Torres, que habían rendido la mejor labor, con 33 capturas, válidas para 17 puntos.


Los rivales así eliminados -uno de ellos, sin presumir error, descendió del bote y pescó a pie sobre la rompiente- proceden de un grupo de deportistas que trata de promover la práctica del spinning en el municipio donde residen, para lo cual tuvieron que organizar un tope eliminatorio y lograr que los ganadores del mismo fueran reconocidos, a falta de una competencia provincial, como representación de La Habana. Luego asumieron sus gastos, mientras las restantes delegaciones fueron financiadas por sus respectivas filiales de la Federación Cubana de Pesca Deportiva.


Fuera de concurso los Torres, que prefirieron retirarse de la competencia a arriesgar una segunda jornada que bien pudo haber sido aleccionadora para más de uno, los reclamantes capitalinos iban en la sesión inaugural en un consolador tercer puesto, compartido con Holguín Campeón, a continuación del otro equipo holguinero y del de Granma.

COMPETENCIA INFANTIL
El día de la segunda jornada fue sábado y los chicos no tenían clases. Eso dio lugar a la ocurrencia más bonita que en bastante tiempo hemos visto. Como nacer tan cerca del mar faculta a los muchachos de Cabo Cruz para el gusto y la habilidad en la pesca, los organizadores del torneo quisieron darles la oportunidad de demostrarlo y esa mañana alinearon a 17 niños en el muelle del establecimiento de pesca, despejado de barcos para ellos.


Cada tres chicos, un juez con una tarjeta, que trazaba una rayita a lapiz junto a cada nombre cada vez que un ronco, un carajuelo o un galleguito era sacado del agua al extremo de una fina línea de pesca, manipulada por manos chicas, pero -fue evidente- conocedoras del tacto y el oficio da cobrar peces. Los jueces anotan y se suelta cada pieza, pues el encuentro es ecológico. Algunos se miden, para saber, por los centímetros, a quien se ha de premiar la pieza mayor.


Uno de los muchachos, cuando saca su pececito, avista en el agua próxima un agujón más que regular (cerca de un metro de longitud, créame); lanza cerca de la aguda fauce del grande el bocado chico y, cómo no, el animal pica, se debate, salta. El muchacho sostiene la línea, clava, cobra, la tensa y la siente quebrarse sin dar a la luz el desaliento más que en muy pasajero gesto. Muy animado el lance, que trae aplausos.


En pocos minutos el muelle se ha llenado de público. Miran desde los barcos de pesca comercial fondeados en torno y desde el malecón en miniatura donde baja la gente a buscar el fresco. Ya están junto a los chicos algunos de los que miran y a este o aquel se les ve en los ojos el deseo de ayudar, pero no hay chance. De dos sitios de la hilera de pescadores se vocean números: ¡diecisiete! ¡diecinueve! ¡veinte! El ambiente es de verdad divertido y muy competitivo. ¿Aquí estará naciendo un torneo nacional infantil?


Todo pasó en noventa minutos. Hector Ballester ganó con 65 puntos; Fidel Gil y José Galindo empataron a 56; Leandro Viltres se paró en el tercer puesto con 43 pecesitos que le dieron iguales puntos. La pieza mayor cambió de manos unas cuantas veces, pero finalmente ocurrió que una lora y un pez lagarto midieron los mismos 25 centímetros y no hubo manera de separar a Javier Alcalá y a Yuri Yanes. Los premiaron a los dos, y a los otros, el mismo día que a los mayores.

FINAL CON ORGANO
Cuando los muchachos se alinearon en el muelle a pescar y soltar sus minitallas, hacía ya horas que se remaba en las aguas de Cabo Cruz, se lanzaban señuelos y se hacían trabajar los molinetes para tentar los peces.


El estado del tiempo era un desconcierto; Isidore avanzaba hacia occidente, pero otro fenómeno que luego acabaría por llamarse Lili estaba formándose en aguas antillanas y el área de competencia se clareaba y oscurecía, se aquietaba o enloquecía por momentos. Ni pensar en pasar fuera de la barrera de arrecifes. A veces, incluso, hubo que penetrar en los esteros del Guafe a tentar pequeñas barracudas y cibíes para edificar puntos mientras pasaba la turbonada.
Por algo más que curiosidad, el equipo de Mar y Pesca subió la pendiente hasta la estación meteorológica de Cabo Cruz, donde los especialistas Fernando Quiala y Uberbady Bolaños les ofrecieron los reportes de los cuatro días de estancia de los competidores en el lugar. La nubosidad de ese período fue total; el oleaje fue de fuerza cuatro, salvo la víspera de la competencia, que disminuyó un punto. El viento, del sureste, sopló sobre los 40 kilometros por hora.


A las tres de la tarde llegaron al muelle los 10 equipos que quedaron en competencia.
Carlos Hidalgo y José La Rosa, que en la cita del 2001 se había llevado el trofeo a Holguín, repitieron lauros con 27 puntos. Dos libras debajo siguieron a los campeones los pescadores de Ciudad de La Habana, que fueron a recoger el trofeo con ancha sonrisa. También estaban contentos los integrantes del otro equipo de Holguín, cuyos 23 puntos los auparon al tercer puesto, para llevar a la tierra otro trofeo.


La premiación fue seguida de baile con órgano oriental, cuyos acordes se proyectaban hacia el mar inquieto bajo la luna llena.



REGISTRO DE COMPETIDORES
Primera jornada Segunda jornada
Equipo Competidores Piezas Libras Piezas Libras Puntos
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HOGcamp. Carlos Hidalgo
José La Rosa 27 14 23 13 27
CHB Armando Quiñones
Luis A. Leyva 34 14 25 11 25
HOG Ariel García
Abel Almaguer 42 16 13 7 23
GRA Rolando Rodríguez
Felix Paredes 8 15 17 5 20
VCL Alier Rodríguez
Ramón Martín 8 4 15 15 19
CFGO Antonio Payrol
Antonio Llano 10 9 18 10 19
LHB Pelayo Torres
Aniel Torres 33 17 - - 17

CAV Rosendo Cabrera
Yosvani Cabrera 29 11 5 4 15
CAM Rolando Suárez
Raúl Díaz 10 11 4 3 14
SS Felix Montes de Oca
Carlos Ogando 10 8 10 5,8 13,8
Prío Alain de la Cruz
Jesús Noel 9 3 8 9 12
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TOTALES 368 PIEZAS/ 222,8 LBS


REPORTE METEOROLÓGICO

Día Hora Viento (km/h) Nubes Oleaje
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18 19:00 44 ESE 8/8 F-4 marejada
19 19:00 22 SSE 8/8 F-3 oleaje
20 10:00 40 SE 8/8 F-4 marejada
21 07:00 36 SE 8/8 F-4 marejada

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