Fuimos a Villa Clara
ELLAS COMPITEN PESCANDO
BITACORA. No 6, primavera 2001, p. 18
La Copa Ocho de Marzo, un trofeo netamente femenino, se disputa por tercera vez en un embalse del centro del país.
Una chica de secundaria y una abuela jubilada forman una pareja sensacional de pescadoras.
En términos absolutos, las mujeres no participan significativamente en la pesca deportiva cubana. Pero eso es sólo un criterio estadístico, pues ellas son buenas compañeras de sus esposos, padres y abuelos en algunas pesquerías. Es común que los fines de semana uno encuentre parejas o familias completas en las orillas urbanas del mar o en los diques de los embalses próximos a poblaciones. Puede asimismo hallarse una señora pescando sola o en compañía de una amiga, lo cual no es excepción.
Ellas, por otra parte, no parecen hacer de la pesca una cuestión de categoría personal, no son fanáticas. Pero si usted es llevado a confusión por este punto de vista, es asunto suyo y no del autor: las damas pescan seriamente y con dedicación cuando se ponen a ello y, si uno se entretiene, puede que en la mesa tenga que aceptar humildemente el pescado que no ha cogido por sí mismo.
El sexo femenino no se jacta, sólo aplican el devastador sentido práctico que tienen las hembras de todas las especies. Usted verá desesperado que ellas parecen siempre a punto de perder el pez que tira de la línea, pero una y otra vez el pez será sacado del agua con la misma frecuencia que los varones. O mejor. Y esto sucede lo mismo con una tilapia de media libra que con una aguja de 200 lb, como evidencian algunos récords oficiales cubanos.
EL TORNEO
Este año la central provincia de Villa Clara convocó por tercera vez la Competencia Nacional Femenina de Pesca Libre Fluvial Copa Ocho de Marzo. Es un certamen patrocinado por la filial provincial de la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD).
José Quintín Cardoso Gómez, presidente de la misma, explicó a BITACORA que hace alrededor de una década desapareció el único torneo de pesca cubano donde la presencia femenina era protagónica.
"De acuerdo con los estatutos de la federación de pescadores deportivos, las mujeres no están exentas de los derechos de la membresía, de modo que nos propusimos hacer algo nuevo y creamos este evento hace dos años", plantea el ejecutivo de la filial villaclareña.
La Copa se efectuó en 1999 con la participación de siete equipos; el año pasado asistieron 10 y en ésta, la tercera convocatoria, se presentaron 11. "Es ya un certamen del calendario oficial deportivo del país -señala Cardoso-, aunque todavía no se logra una amplia respuesta de las provincias en términos participativos.
HACIA EL AGUA
Ubicada a 270 kilómetros al Este de la capital del país, Santa Clara es una urbe laboriosa, orgullosa de su historia y de su cultura. Fue sede del torneo no sólo por derecho de cabecera provincial, sino porque el embalse donde se llevó a cabo la pesca se encuentra precisamente en el territorio de su municipio. La provincia aportó cuatro equipos (Campeón 2000, Villa Clara A y B y FMC Caibarién) , mientras dos fueron allí desde la vecina Cienfuegos, uno de Matanzas y cuatro en representación de los municipios capitalinos de Boyeros, Arroyo Naranjo, Guanabacoa y San Miguel del Padrón.
El día 7 de marzo efectuaron en el campismo Arcoiris, próximo a la ciudad, el congresillo técnico del concurso. De acuerdo con las reglas vigentes, se consideran válidas las especies de crisol (sunfish), biajaca, tilapia y cirila (otra variedad de tilapia), con una longitud mínima de 15 centímetros, y las de gato (bagre de canal, catfish) y trucha (lobina boquigrande, black bass), mayores de 25 cm de largo entre la mandíbula y el centro de la aleta caudal.
Cada equipo lo integraron dos competidoras, representadas por un delegado (a), que no pesca, y asistidas a bordo por un guía que es a la vez remero y juez. Vimos a estos señores muy gentiles, buscando la carnada, desanzuelando las piezas y alentando a sus muchachas, para quienes, todos ellos, se esforzaron en hallar los mejores sitios de pesca. Las reglas permitían el uso de avíos de vara y carrete, pero todas las concursantes prefirieron la línea a
mano o la caña de línea fija (vara criolla, en la terminología local).
Después se dedicó un día a recorridos y recibimientos, que incluyeron una visita a la localidad costera de Caibarién y la colocación de una ofrenda floral en memoria de Alcidio Dionisio Rodríguez García, un pescador deportivo asesinado sobre el viaducto que une la tierra firme con los cayos del norte de Villa Clara, por una pandilla de individuos venidos desde territorio norteamericano para ingresar ilegalmente a Cuba.
EN FUERTE QUEMAO
El embalse escogido este año para competir fue Minerva, un lago artificial formado por el represamiento de las aguas del río Sagua La Chica. Se encuentra unos 15 km al E. de Santa Clara y posee en su orilla una pequeña instalación, todavía rústica, pero en perspectivas de mejoramiento, que funciona como centro de pesca deportiva.
Ese lugar se nombra Fuerte Quemao y por ahora es un cercado con una casa, medio de tablas y medio de mampostería, especie de local administrativo y parqueo de bicicletas bajo techo; además de un cobertizo sin paredes para cocinar y dos servicios sanitarios. Bajo un almendro, como un lujo, mesas y sillas que son comedor en horas de meriendas y salas de juegos de mesa en la placidez del día. Bajando a la orilla, sin muelle, atracan los botes cuyo alquiler se anuncia en tablilla a 10 pesos cubanos por ocho horas.
Construido hace treinta años, Minerva es un embalse de 1450 hectáreas y uno de los pocos del país donde se permite la basificación de embarcaciones de pesca deportiva. El paisaje es hermoso y calmado; las colinas distantes, las orillas sembradas de vegetación y ocasionalmente rocosas, forman un entorno sereno, con algunas ensenadas y ramales amplios y algunos islotes, cimas de colinas hoy sumergidas.
La jornada de pesca se inicia a las 6.30 am. Reman ágiles los guías en busca de los pesqueros elegidos en secreto, que pueden ser el "Cayito del Medio", o el "Cayo de los Cocos", o "Las Columnas", o "Los Trabaderos", con nombre propio o sin él, de acuerdo con su notoriedad. El agua refleja los tonos cálidos del amanecer mientras avanza el bote, levantando al pasar las bandadas de gallareta piquiblanca.
Seguimos a las competidoras en una lancha con motor y las localizamos en la distancia, sea apotaladas en un recodo, donde ya crecen las ensartas, atravesando un canal invisible entre herbazales acuáticos o buscando sobre el agua desnuda la ubicación del pesquero prometedor. Nos acercamos para verlas en acción, cebando los anzuelos con lombríz de tierra o camaroncito saltón, y cobrando sin aspavientos una pieza y otra y hasta otra. Nos muestran, a media mañana, un bagre de muchas posibilidades.
A la una de la tarde es el pesaje, del cual es oficial el capitalino Froilán Arencibia, mientras asiste como observador Carlos Soneira, miembro del ejecutivo nacional de la FCPD. Las mujeres son estrictas al acatar la regla del horario y ningún equipo demora en la entrega de las capturas. Vienen los peces coleando en aros repletos, que cuelgan de una percha, y se presenta el delegado y la deportista cuando son llamados.
RESULTADOS
Ya de inicio las locales muestran lo que significa en deportes el papel de los anfitriones: en casa hay que ganar. Lo hacen con elegancia y convicción. La singular pareja de Guillermina Benitez (63 años) y Cindy Parrado (11 años), colocan 33 libras y cuarto de peces en la balanza para el Villa Clara B. Las del Villa Clara A y Campeonas 2000 pasan de las 20 libras en sus respectivas ensartas inaugurales y, con esto, las restantes contendientes quedan bien distantes.
Al siguiente día hubo un poco de viento desde temprano y alguno pensó que la pesca rendiría menos, pero fue lo contrario. Si la primera jornada ofreció 459 piezas, a la segunda se presentaron 557. Los jueces verificaban la medida legal con una escala graduada antes de pesar, pero muy pocos ejemplares no alcanzaron la talla, pues los guías han estado atentos a su trabajo a bordo. Se alcanza un pesaje total de 250 libras y 13 onzas.
Otra vez Benítez y Parrado, que finalizan en primer lugar de la cita femenina con 210 peces y 67 libras con cuatro onzas de balance conjunto. Para Guillermina es el premio a la pieza mayor, un gato (bagre de canal) de 5 lb y 15 oz, y para Cindy el de máxima acumuladora individual, con 153 capturas y pesaje de 44,11 lb. La chica es una escolar bonita, tranquila, que pesca como una iluminada, sin mirar el agua y sólo con el tacto de sus dedos. Los restantes puestos los obtuvieron Déborah Viera y Violeta Burgos (Villa Clara A) y Sobeida Feliciano más Ana Victoria Rodríguez (Campeonas 2000).
Salvo el bagre premiado, el grueso de las capturas fueron peces pequeños, en el entorno de un cuarto a media libra. Más del 95% de los peces llevados al pesaje pertenecían a la especie que allí denominan crisol (solfis o carpito en otras partes de Cuba). Las truchas (boquigrande) sumaron una docena; los bagres o gatos, apenas unos cuatro; las autóctonas biajacas criollas, no más de cinco. Sólo las tilapias y cirilas, especies de cultivo, llegarían a unos 30 ejemplares. No parece que haya que preocuparse respecto a la gran captura de sunfish , pues este prolífico animalito suple con abundancia lo que carece de talla.
Por lo demás, las truchas, abundantes y de buen peso en Minerva, son poco dadas a la carnada inmóvil; mientras el gato es un depredador nocturno de presas consistentes (ranas y ratones, por ejemplo). Las tilapias no responden establemente a la carnada natural (a veces pican con limo vegetal y otras entran más a la cucharilla metálica giratoria), pero habría que esperar más abundancia de biajaca y su escasez preocupa.
La Copa Ocho de Marzo concluyó con una fiesta de premiación en el campismo Arcoiris, en las afueras de Santa Clara. Los organizadores atendieron que hubiera cobertura de prensa y televisión, de modo que algunas muchachas de todas las edades ya se habrán enterado y andan preparando sus avíos para la otra ocasión. Al fin y al cabo ellas realmente pueden.
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