51º Torneo Hemingway
CINCO AÑOS DE T & R
BITACORA. No 7, verano 2001, p. 16


Entrega la IGFA el Premio Conservación al Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba.
Por segunda ocasión, el clásico cubano de la pesca mayor es elegido como evento clasificatorio del Rolex/IGFA Invitational Tournament of Champions.

Tres noticias de última hora fueron proclamadas por el Comodoro Escrich en el congresillo técnico del 51º Torneo Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway. La primera, que la inscripción sobrepasaba los cuarenta equipos; la segunda, que el certamen tenía nuevamente categoría de evento clasificatorio para el Rolex/IGFA Invitational Tournament of Champions, y la tercera, que destacadas personalidades de la IGFA y The Billfish Foundation se hallaban presentes.

Eso ocurrió el 4 de junio, lunes, y al día siguiente comenzó la competencia, programada hasta el sábado 9 con cuatro jornadas de pesca y una de receso, el jueves. La participación alcanzó 45 embarcaciones, las tres cuartas partes de cuya flota arribó a la Marina Hemingway procedente de Estados Unidos. Se inscribieron 200 norteamericanos, dos alemanes, un beliceño, tres canadienses, 40 cubanos, tres checos, un inglés, un italiano, 11 mexicanos - incluidos los hermanos Eric y Luis Jorge Vargas, en su décimo tercer año de concurso-, un suizo y dos pescadores de Zimbawe, país que debutó.

En la misma primera jornada, el estadounidense Douglas Allen hizo todo lo necesario para que el trofeo Hemingway le fuera entregado al equipo de su embarcación. A las 9.31 am acercó a la popa del Crisdel una aguja blanca, a la que implantaron el tag y liberaron. Un minuto después de las cuatro de la tarde repitieron las acciones con otro pez de la misma especie. El premio a la primera captura del torneo les llegó a sólo 31 minutos de lanzada la señal de partida.

Los 700 puntos acumulados así por el Crisdel fueron luego igualados por el Relentless y el J. Hook, de la misma nacionalidad, y por el Creola, que navegó con un equipo mexicano. Pero las reglas otorgan preferencia a quienes marcan más temprano. Cada pez de pico capturado -Blue marlin, White marlin, Sailfish y Spearfish- vale 300 puntos cuando se libera y 50 adicionales por el marcaje. Como prueba de validez se realizan tres fotos al pez: cuando se le acerca al yate, cuando se marca y después de implantado el tag.

Durante las cuatro pruebas de pesca se marcaron y soltaron en total 15 casteros (Blue marlin) y 7 agujas blancas (White marlin); hubo reportes en 18 embarcaciones. Las condiciones no fueron propicias para una captura mayor: junio puede ser un mes de excelente corrida en unos años y en otros echarse a perder por falta de corriente. En este Hemingway la corriente del Golfo fluyó "hacia abajo" (en dirección este) durante tres días y sólo el último tomó la dirección óptima y con alguna fuerza.


Las dos capturas de Douglas Allen dieron también acceso al campeonato mundial Rolex/IGFA, previsto para marzo del 2002 en Hawaii, a los pescadores Michael Leondi, David Winturmute y Richard Myers; asimismo, formaron parte del equipo premiado del Crisdel su propietario, Frank Criscola, el patrón Chris Distefano y los marineros David Steitz y el cubano Ernesto García Urra. El segundo lugar correspondió al Relentless, por las piezas de Edward Robert Brill Jr. Y John G. Thompson, y el tercero al J. Hook, a bordo del cual cobraron agujas Robert Christoph y Robert Christoph Jr.

Aparte de los mencionados, marcaron y soltaron peces de pico, a razón de uno por yate, los campeones de las dos pasadas ediciones del clásico, Trashy Lady y On Course. además del Erica, Punn Deal, Kilcare VII, Adios, Wolverine, Mr. Z, Repeat Sea Section, Fishbuster, Generation, Grander, Ms. Gina y Julie Jean.

Como ha venido ocurriendo durante los últimos cuatro años, la zona de pesca más productiva parecer ser la que abarca desde la desembocadura del río Almendares a la playa de Guanabo. En la carta náutica oficial del torneo, dicha área se corresponde con las cuadrículas F y G, donde anzolaron esta vez 10 y 9 agujas, respectivamente. También hubo reportes en E, C y B, las dos últimas más próximas a la costa.

El premio al mayor dorado fue para el Panacea, con el ejemplar de 42 libras y cuarto cobrado por Bill Stoelting. Este premio tuvo varios "dueños" durante la competencia, pues el primer día se pensó que definitivamente lo había alcanzado Ryan Gunderson, del J. Hook, con uno de 41 libras. Luego, en la prueba del viernes, llegó temprano John Case en el Old Chapeau, con su dorado de 42 lb. El Panacea, que se había incorporado a la competencia ese mismo día, superó a ese pez por cuatro onzas.

PREMIO CONSERVACION

Una de las personalidades cuya presencia había anunciado el comodoro José Miguel Díaz Escrich fue Michael Levitt, chairman de la International Game Fish Association, IGFA. Mr. Levitt viajó a La Habana para entregar a Escrich el Premio Conservación que la organización de la pesca deportiva le había otorgado en enero, como reconocimiento a su labor en la introducción de los métodos de marcado y liberación de los peces de pico en varios torneos cubanos.

El alto ejecutivo del deporte de la pesca internacional manifestó: "Gracias por su invitación a esta bella isla. Estamos muy felices de estar aquí para entregar al comodoro José Miguel Díaz Escrich el premio que le otorgó la IGFA por la conservación de estas especies. Mi compañero Donald Tyson y yo estamos muy contentos de pescar en estas aguas donde el legendario Hemingway pescó. Él no sólo popularizó la pesca deportiva en Cuba, sino que la hizo famosa en el mundo. Ahora tenemos otro pescador que ha llevado este deporte al más alto nivel, el comodoro Escrich, a quien tengo el honor de entregarle este premio". Luego de reconocer que el galardonado desarrolló esa labor con mucho entusiasmo, concluyó con una frase en español: ¡Viva la bella Cuba!

Donald Tyson, miembro del Bureau of Trustees de la IGFA, y Jimmy Smith, representante de esa asociación en Zimbawe, asistieron también a la entrega del premio. Una presencia significativa en el acontecimiento fue Mel Immargut, presidente de The Billfish Foundation, la organización que promueve a escala mundial la conservación de los peces de pico. Mr. Immargut practicó el tag & release como competidor a bordo del Grander, con un castero anzolado al mediodía del viernes 8 de junio.

HUESPEDES DISTINGUIDOS

BITACORA aprovechó la oportunidad de un breve encuentro con Michael Levitt para dialogar con él. El chairman de la IGFA rememoró el histórico torneo Hemingway de 1979, cuando arribaron a La Habana más de setenta barcos norteamericanos y se llevaron al pesaje 72 agujas. "Como resultado de la labor del comodoro Escrich -puntualizó- ya no se sacrifican más las agujas en la competencia cubana".

Respecto a los vínculos entre la organización de pesca deportiva y Cuba, señaló: "La historia de esta relación comenzó en los inicios de la IGFA en 1939, cuando Ernest Hemingway era su vicepresidente y vivía en La Habana. Por lo tanto la IGFA y los pescadores deportivos cubanos han estado siempre juntos desde el comienzo. Son relaciones satisfactorias. Desde que llegamos aquí hemos conocido mucho de la Federación Cubana de Pesca Deportiva y vamos a inscribirla en la IGFA para siempre, porque necesitamos personas como esas en nuestra organización si vamos a trabajar para expandir los métodos conservacionistas de marcado y suelta".

El Hemingway de Cuba fue elegido como evento clasificatorio para el torneo de campeones Rolex/IGFA del año 2000 y ahora nuevamente lo ha sido con vistas al del 2002. Al respecto, Mr. Levitt apuntó: "Nosotros nos fijamos en todos los torneos del mundo y seleccionamos los mejores. Esperamos que los ganadores de La Habana (Crisdel, Estados Unidos) asistan al encuentro en Hawaii".

De acuerdo con el ejecutivo de la pesca deportiva, los obstáculos legales que afrontaban los pescadores norteamericanos cuando deseaban viajar a Cuba parecen haber disminuido:
"Tengo entendido que ahora dejan que las embarcaciones vengan. Por supuesto que todos los norteamericanos deseamos que Cuba y los Estados Unidos estén unidos para salvar los peces y así nuestros hijos y nuestros nietos puedan capturarlos".

En sus palabras finales para BITACORA, Michael Levitt expresó: "La hemos pasado de maravilla aquí. Amamos La Habana, vimos el Museo de la Revolución y mi hijo Andy es un aficionado de las fábricas de tabaco. No he tenido mejor bienvenida en el mundo como la que he recibido en Cuba".

La cena de premiación del 51º Torneo Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway, celebrada en torno a la piscina del hotel El Viejo y el Mar, tuvo un buen programa. Elegantes ramos de flores, botellas de ron y cava, y valiosos juegos de cartas yate de la compañía cubana Edimar S.A. fueron obsequiados a los campeones, a las nueve mujeres que compitieron, a las embarcaciones con más repitencia (Strike Force, Mr. Z, Sound Waves II y Relentless) y a una docena de clientes distinguidos de la Marina Hemingway.

El primero en recibir el agasajo fue el pescador de Fort Lauderdale Sam Joseph Ciancio.

Es el hombre que rescató del mar al niño cubano Elián González el 25 de noviembre de 1999 y ese hecho, probablemente sin que él siquiera lo sospeche, lo convierte en una persona cercana y digna de aprecio para muchos ciudadanos de este país. Es sencillo, afable, un verdadero aficionado a la pesca y, significativamente, fue a La Habana acompañado por su propio hijo.

Ciancio declaró al diario cubano Juventud Rebelde que no se considera un héroe, que en la dilatada batalla que concluyó con el retorno del niño a Cuba los verdaderos héroes fueron el propio Elián, por todo lo que pasó, y el Presidente cubano Fidel Castro, por la forma admirable en que condujo todo aquel proceso. También admira a Juan Miguel González, el padre del pequeño que salvó del mar, a quien considera "un hombre excepcional y dotado de tremenda paciencia".

Desde que en 1997 se implantó en el Torneo Hemingway el método de T & R, 139 peces de pico anzolados han sido devueltos vivos al mar, solo en esta competencia. Durante los últimos tres años una solitaria aguja fue embarcada -y descalificada, por cierto-. Estos avances y la elección del certamen como evento clasificatorio del campeonato Rolex/IGFA han provocado significativos incrementos en la participación de equipos extranjeros. Todo esto representa un buen punto de arrancada para una nueva época en un acontecimiento deportivo que ha podido mantenerse por más de medio siglo en el interés de los aficionados.

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