TODA LA PESCA EN MEXICO
Por Manuel Balseiro
BITACORA. No 4, otoño 2000, p. 54

El país azteca ofrece una amplia variedad de pesquerías en el mar y las aguas dulces. Peces de pico y lobina boquigrande (bass) predominan entre las especies de interés deportivo.

Impacta México de costa a costa. Desde las páginas épicas de Bernal Díaz del Castillo, en su Historia de la Conquista de la Nueva España, es hasta hoy un solo deslumbramiento por el país inmenso, de hondas raíces autóctonas. Llega a los sentidos en el fuerte tequila, las comidas tan picantes y la música que cuenta de pasiones y afanes, el incomparable México.

Es también un destino de pesca deportiva. De hecho, permanece desde hace más de una década en el tercer puesto en cantidad de récords mundiales reconocidos por la International Game Fish Association (IGFA), después de Estados Unidos y Australia. En 1989 se mantenían vigentes 118 marcas implantadas en aguas mexicanas. Hoy suman 155, todas marítimas: 104 en clase de línea, 47 en pesca a la mosca y 4 en la categoría junior.

Un total de 26 son récords all tackle (absolutos), entre los cuales el más importante es un atún de aleta amarilla (Thunnus albacares), que pesó 176. 35 kilogramos en las Islas Revillagigedo, cuando lo pescó Curt Wiesenhutter el primero de abril de 1977.

Hay mucha pesca en el litoral del Océano Pacifico, que cuenta con alrededor de las dos terceras partes de los 11 500 kilómetros de costas de esa nación. Una de las zonas más acreditadas de ese lado es Baja California, donde las ciudades de Cabo San Lucas y San José del Cabo aparecen con frecuencia entre los destinos más exclusivos del mundo para la pesca mayor, en especial de peces de pico.

INFLUENCIA ECONOMICA DE LA PESCA RECREATIVA

La pesca deportiva mexicana es una verdadera industria, con un potencial superior a los 600 millones de dólares por año. Unas 200 empresas funcionan en la prestación de servicios a las pesquerías, mientras la flota deportiva superaba en 1989 las 7 400 embarcaciones. Existen 39 puertos deportivos, la mayoría en la zona del Pacifico.

A la pesca deportiva relacionan su oferta hoteles de gran categoría, como el cinco estrellas Solmar, de Los Cabos, cuya promoción asegura que cuenta con "la flota más grande de México", y el Marriott Casamagna de Puerto Vallarta, con una marina propia con capacidad para 400 yates. Los arribos de pescadores foráneos a México superan los 300 000 por año y uno de sus torneos ofrece en cada edición anual una bolsa de premios ascendente a 850 000 dólares.

México cuenta en sus mares territoriales con 75 especies de peces, entre los cuales se destacan las agujas o marlines, el pez espada, el pez vela, el dorado, el pez gallo y el sábalo. En contraste con una relativamente baja cifra de pescadores aficionados locales -unos 100 000-, tienen casi un centenar de clubes y celebran más de 120 torneos.
En las aguas continentales no son menores los atractivos. La pesca deportiva fluvial se practica en 37 embalses y en varios lagos, en algunos de los cuales se opera con turismo internacional, como en Baccarac, El Salto, Guerrero, Domínguez y La Española. La especie que atrae pescadores en todos ellos es la lobina negra boquigrande y cuentan en conjunto con nueve piezas inscritas en el 10 Pound Bass Club de la IGFA. Tienen poblaciones de trucha en ocho embalses y otras especies fluviales como bagre, carpa, catan y robaleta.

La importancia de estos recursos hace rato fue reconocida por el gobierno mexicano, cuya Secretaría de Pesca creó un Comité Mixto para el Fomento de la Pesca Deportiva, además de atender la capacitación de personal especializado y promover programas de iniciativa privada, en especial para la prestación de servicios.

Un Esquema de Regulación para la Pesca Deportivo Recreativa fue rubricado en 1991 por la Secretaría de Pesca. El documento reconoce a esta actividad un papel importante en la generación de empleos y en el incremento de la prestación de servicios al turismo nacional y extranjero. El establecimiento de una bitácora de pesca deportiva aparece como uno de los aportes de esta resolución al control y uso sostenible de los recursos ícticos mexicanos.

GOLFO Y CARIBE

En el litoral del Golfo de México y el Mar Caribe posee este país 14 de sus principales puertos de pesca deportiva. Cerca de 5 000 embarcaciones, entre nacionales y extranjeras, pescan cada año en esa área. Se destaca allí la actividad en la península de Yucatán por dos buenas razones: abundancia de peces de pico en las aguas oceánicas y de especies muy combativas en las aguas someras cercanas a tierra.

Como fundamento de la primera razón, hallamos que en Cozumel, uno de los puertos relevantes de la zona atlántica, se han realizado dos de los super grand slam reportados hoy por la IGFA. Esto es, la captura en un solo día por un mismo pescador de una "cuarteta" de grandes picudos, integrada por las especies aguja blanca, castero azul, pez vela y emperador. Si aceptamos que tres de estos ya dan bastante acción para una jornada, entonces reconozcamos también los grand slam logrados en Cozumel (uno), Isla Mujeres (dos) y Cancún (cuatro).

La Fundación Mexicana para la Conservación de los Peces de Pico lleva desde hace más de una década el control de las capturas de agujas en las aguas que rodean a la isla de Cozumel y el litoral del estado de Quintana Roo, en el extremo de la Península de Yucatán. Durante el lustro de 1988 a 1992 se llevó a cabo un programa que permitió que sobrevivieran casi 10 000 peces, el 90 por ciento agujas de abanico. En el período se lograron allí 51 grand slam.

Ahora, que no todo ocurre tan lejos de tierra. Aseguran unos cuantos expertos que en las aguas de poco fondo y lagunas rodeadas de manglares, en sitios como las bahías de Ascensión y Espíritu Santo, hay buena acción de pesca para especies que son la locura de los pescadores de avíos de lanzado ligero: macabí, palometa, sábalo y robalo. Para estos cuatro también la IGFA tiene sus divisiones super grand slam y grand slam, que han sido logradas cinco y quince veces, respectivamente, en enclaves de pesca yucatecos.

El Club de Regatas Corona, una de las más antiguas y conocidas entre las asociaciones mexicanas de Pesca deportiva, tiene su asiento en Tampico, Tamaulipas, en el litoral atlántico. Este club fundó y mantiene desde 1942 el Torneo Internacional de la Pesca del Sábalo, a cuyo actual recordista, Luciano Gómez Laredo, conocimos en La Habana.

Gómez Laredo, que habitualmente anda a la pesca más ligera de jureles y barracudas, se estrenó en 1999 en la del sábalo y lo hizo con un ejemplar de 93,8 kilogramos, que vino muy manso a comer la churra viva que el pescador encarnó en su anzuelo y mantuvo a la espera. "Era esa o trolear con los hules -los señuelos artificiales, explica a BITACORA-. Una amiga mía lo había hecho y me explicó cómo. Picó a las 11 de la mañana del primer día de competencia y duramos dos horas y 10 minutos en la pelea". El de Gómez Laredo supera en 1,8 kg al récord precedente, implantado 33 años atrás.

Que mexicanos y cubanos se llevan es ya un corrido muy mentado. No por casualidad los extranjeros de más antigua y persistente participación en el torneo Hemingway de La Habana son los hermanos Eric, Carlos y Luis Jorge Vargas. De México, por supuesto.

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