LA CORRIDA DE LOS BLUES
BITACORA. No 5, invierno 2000, p. 14
Al fotógrafo amigo Raúl Rodríguez Iglesias, fallecido poco después de acompañarnos en esta cobertura.
"Septiembre es el mes en que vienen los grandes peces", dijo Santiago (Ernest Hemingway, El Viejo y el Mar, 1952)
El Blue Marlin es el segundo en importancia entre los torneos cubanos de pesca mayor
Un cañonazo y salen los barcos al mar. La flota en competencia está integrada por 27 yates de pesca que llevan a bordo a 119 norteamericanos, cinco puertorriqueños, cuatro peruanos, dos ingleses, un bahamés, un canadiense, un español, una mexicana y 25 cubanos, la mayoría de estos como experimentados guías y marineros profesionales.
El 19 Torneo Internacional de la Pesca del Castero (Blue Marlin) transcurre sin espectacularidad durante la semana del 11 al 16 de septiembre del 2000. Desde la implantación de las reglas de tag and release (marcado y suelta), las horcas -que antes se soñaban colmadas de peces muertos- apenas reciben alguna ofrenda. Comunicaciones por radio, cámaras fotográficas, tarjetas de reporte para The Billfish Foundation y una pizarra que informa los resultados del día. Eso parece todo: la pesca no es espectáculo.
Sin embargo, es un certamen apasionado de principio a fin. En el congresillo técnico se armó un fuerte debate a causa de la línea reglamentaria. Unos están de acuerdo con la establecida, de 80 libras de resistencia, otros plantean que debía usarse la de 50 libras. BITACORA escogió algunas opiniones.
Manuel Paniagua, presidente del jurado: "La elección de la línea depende de las características del evento. Si fuera una competencia tradicional, en la que se permite matar al pez, aconsejaría la de 50 libras, pues de ese modo el pescador tiene que demostrar mejores condiciones de resistencia física y dominio técnico. Pero en un evento de T&R hay que proteger al pez, acercarlo vivo al barco, y para ello es necesario acortar la pelea, disminuyendo el estrés y el agotamiento del animal. De modo que es obligado usar una línea más fuerte, que es la de 80 libras".
Jorge Cunill, guía de pesca, actualmente uno de los pescadores de agujas más experimentados del país: "Si el reglamento de un torneo exige línea de 80 libras, hay que acatarlo o no inscribirse. Mi criterio es que el castero debe pescarse con esa resistencia y, la aguja blanca, en los torneos de primavera, con 50 libras".
Juan F. Raffo, competidor peruano: "Pienso que debe usarse la línea de 50 libras, por el tamaño del marlin que está corriendo acá. Con esa línea se logra una pelea más bonita, aunque puede ser cierto que el animal se agota más".
La mayoría votó a favor de la línea reglamentada.
TROLEANDO
Hubo cuatro pruebas de pesca: martes 12, miércoles 13, viernes 15 y sábado 16. Los jueves son de receso en los torneos de la Marina Hemingway; los visitantes agradecen ese respiro, que les permite echar una mirada al país. Durante los días de pesca se permanece a bordo de nueve de la mañana a seis de la tarde -salvo el último, que concluye a las 14:00 horas-, siguiendo los hileros de la corriente del Golfo, buscando el pez que sube a la superficie en esos días nublados y calurosos, con frecuentes turbonadas y chubazcos vespertinos.
El primer día de pesca es de reconocimiento para casi todos. Se inició el conteo con un reporte que llegó a las 13:21, un blue marlin marcado y liberado a bordo del Francesca III. Ganaban así el premio a la captura inaugural y 450 puntos, de los cuales corresponden 400 a la acción de soltar el pez y 50 al marcado. Otros peces de pico valen 300 puntos por la suelta y 50 por la implantación del tag: la aguja blanca (white marlin), la de abanico (sailfish) y la de pico corto (spearfish). En el comienzo de la cita se lograron cinco capturas.
Durante la pesquería del miércoles, los reportes comienzan más temprano. Treinta y cinco minutos después de la salida al mar, ya el jurado recibe el primer reporte. Luego continúan, a cortos intervalos, hasta bien avanzada la tarde, para sumar 13 peces marcados y liberados en la mejor de las cuatro jornadas del torneo. Los especialistas notan que la proporción de agujas blancas se comporta inusualmente alta para esa época del año. "Siempre hay algo nuevo en la naturaleza", sentencia el biólogo José Fernández Milera.
Al cierre de ese día están selladas las principales posiciones del concurso, aunque esto no será confirmado hasta el sábado. Francesca III logró en dos días los 1300 puntos que le dieron la victoria; Katie M completó en igual tiempo los 1250 de su segundo puesto. El tercero aún tendría que definirse entre el Witch Doctor y el Lady Suzanne, que estaban entonces igualados a 800 unidades. Lo lograría el segundo, con el marcado y liberación de un castero que lo hizo ascender a la misma posición del Katie M, pero más tarde.
Después de lograrse el viernes seis capturas, la última jornada del torneo transcurrió con sólo dos reportes fallidos. El Sherry D, que tenía 450 puntos en pizarra, reportó la suelta de un castero a las 11:25 de la mañana del sábado. Horas más tarde comunicó por radio que tenía otro. Pero recaló en la Marina 26 minutos después de la hora final de entrada, lo cual es motivo de descalificación.
El balance final fue de 17 casteros, ocho agujas blancas (30,7 %) y una aguja de abanico; todos liberados vivos y sólo dos sin marcar. Del total de capturas, 18 tuvieron lugar en la cuadrícula marcada con la letra F en la carta náutica oficial del torneo: una zona próxima a la denominada "Milla Hemingway" por los pescadores locales, ubicada a la altura del tramo costero entre el castillo del Morro y Cojímar.
LOS CAMPEONES
El Francesca III logró en mayo pasado el tercer lugar del Torneo Hemingway. Ahora ascendió al primer lugar del 19 Torneo Internacional de la pesca del Blue Marlin. Juan F. Raffo abrió la cuenta de puntos con el primer castero de la cita; tres horas más tarde tocó el turno de marcar y soltar a su compañero de equipo Héctor León, y a última hora del miércoles soltó el suyo, sin tag, Leónidas Luján.
Son peruanos, como Alberto Fernandini, que no llegó a las capturas. Tampoco tuvieron su oportunidad los norteamericanos Dean N. Adler y Donald B. Matheson, del mismo equipo, que contó con los cubanos Lemar y Nelson Hurtado como guía y marinero.
El señor Raffo tutea a los periodistas y les mide el tiempo que les concede, pero declara que está encantado con Cuba. Vinieron en mayo, invitados por el embajador cubano en Perú, les gustó el ambiente fraternal que hallaron y decidieron volver. "Lo que me gustaría es que hubiera más marlin". También considera que los trámites de acceso al país son muy lentos.
Que haya más peces es un deseo natural de todo pescador. También resulta que el equipo pesca habitualmente en una de las zonas más ricas del mundo en peces de pico. Leónidas Luján, por ejemplo, es de Cabo Blanco, en la costa peruana del Océano Pacífico, donde en el transcurso del año ha capturado 39 casteros. "Todos release", subraya.
En la fiesta de entrega de premios, celebrada en el hotel El Viejo y el Mar, reconocieron la ayuda profesional brindada por la Federación Cubana de Pesca Deportiva en el control técnico del torneo. Trofeos y medallas fueron entregados a los equipos campeones. Los peces, para suerte suya, no estaban invitados a la cena. "No marlin on the menu", pide un lema de The Billfish Foundation.
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