UN REFUGIO ACOGEDOR EN LA CORRIENTE DEL GOLFO
BITACORA, No. 1, VERANO 1999, PP. 50
EL CAPITAN: La costa cubana a 12 millas al Sur, señor.
EL YATISTA: ¿Tiene comunicación con tierra?
EL CAPITAN: Puedo intentarlo… Tenemos los canales 16 y 72 de VHF y el 7462 de la single side band.
EL YATISTA: ¿Quién nos responderá ahí?
EL CAPITAN: Una Marina… Marina Hemingway, creo.
EL YATISTA: Bien, hágalo usted.
El Gulf Stream es como un río ancho y caudaloso, Ernest Hemingway lo dijo y usted sabe que es así. Si navega a favor de él, puede llegar muy lejos, capturar buenos peces de pico y comprobar cuan inmenso es el océano. Pero también pude seguir e largo y perderse muchas cosas que merecen ser vistas.
En la ruta de la Corriente del Golfo se encuentra Cuba, a veces tan próxima que, desde los hileros donde los dorados buscan su alimento y es a la vez comido por los grandes casteros, se ven los edificios de la costa.
Desde que en 1924 se capturó la primera aguja de casta con avío deportivo cerca de La Habana, la costa noroccidental de la isla ha sido frecuentada por afamados pescadores y marinos como Joe Russell, Kip Farrington y el propio Hemingway.
Otros han ido después de ellos y ahora mismo algunos tienen allí atracado su yate, porque existe un sitio en el litoral donde se habla el lenguaje de la gente de mar y hay unas cuantas buenas maneras de pasar el tiempo, haciendo amigos, a la espera de las condiciones oportunas para la próxima singladura o de la sesión de pesca de cada día.
UNA RECALADA PERFECTA
Este sitio se llama Marina Hemingway. Hace años lo nombraban Barlovento o Marlin Village, y mucho antes, digamos medio siglo, usted habría encontrado aquí una laguna costera con bajos y manglares, al Oeste de la desembocadura de un río y una aldea de pescadores.
Hoy en día sigue el río su apacible desparramo hacia el mar, la aldea es una extensión de la ciudad sobre la Quinta Avenida y Marina Hemingway es el lugar más completo de Cuba para una aventura náutica, puerto seguro en la Corriente del Golfo.
Un minuto después de que su yate ha cruzado entre las dos boyas del canal de entrada, verá a babor a las autoridades portuarias que le dan la bienvenida. No necesita visado previo para el arribo ni para las primeras 72 horas y puede tramitar e inmediato una estancia por 15 días y prorrogarla por un período similar. Así de sencillo.
Sin importar si trata de un velero de bolsillo, un yate de pesca o un megayacht, hay un centenar de atraques con servicio de electricidad, agua potable, teléfono y custodia. Muchos puntos de amarre estarán ocupados, pues en la Marina Hemingway se mantienen como promedio diario unas 90 embarcaciones de batistas, pero siempre encontrará un puesto de su gusto: más de 8 600 metros lineales un muelle lo garantizan.
Estudios ya concluidos indican que en el futuro este puerto podría acoger unas 1 000 embarcaciones, entre atraques y fondeaderos, además de un centenar adicional estibadas en varios niveles en naves techadas. En igual proporción se incrementarían la planta de alojamiento y las posibilidades de esparcimiento.
“¿Ha visto cuantas banderas?”, comenta desde el puente el capitán del yate. Usted ya las ha visto: Estados Unidos, Canadá, Italia, España …Estados Unidos, Estados Unidos, algunas del Caribe … Estados Unidos”. Sí, muchas banderas. “Esto es un puerto deportivo internacional, por supuesto”, responderá usted mentalmente a su capitán.
En todo el año 1992 llegaron allí 125 embarcaciones de recreo. Luego la cifra ha ido creciendo y ya en el 1996 el puerto reportó 729 arribos. Hay noticias que se divulgan solas.
¡ACABE DE DESEMBARCA, HOMBRE… Y SEA BIENVENIDO!
¿Tiene usted a mano un mapa de la Marina Hemingway? Cualquiera puede facilitarle uno. Esos cuatro canales que usted ve ahora, fueron construido con un diseño anticiclones que no se ha desmentido en muchos años. Tiene cada uno un kilómetro de longitud, 30 metros de ancho y cinco metros de profundidad. Chequee ahora la eslora y el calado de su propio barco y sabrá a que atenerse.
Cuando el yate hizo entrada en la rada, bordeando una especie de isla sembrada de cocoteros y pequeñas residencias –“Villa Paraíso” es su nombre-, con seguridad llamaron su atención otras instalaciones y la gente que tomaba el sol, nadaba o paseaba en aquabike o bicicleta acuática. Usted pasó junto al “Papa’s”. “Papa’s” es un complejo recreativo y gastronómico, el nervio náutico de esta marina, donde es posible escoger una langosta, viva, y acordar con el chef la manera como desea usted degustarla. Tiempo y espacio existen allí para tomar un trago a la perezosa luz de la puesta del sol, bailar a media noche o departir con los campeones que en los torneos internacionales Hemingway y del Blue Marlin compiten por la primacía en la pesca de agujas.
El Tag and Release ha llegado a esta agua; lo ha traído el Club Náutico Internacional Hemingway, cuya sede está en el propio recinto, con la colaboración directa de la Internacional Game Fish Association (IGFA) y la de Hill Fish Foundation. El Club se ha hecho de muchos amigos en estos años: más de 1 000 socios e unos 44 países.
Puede, si lo prefiere, hacer su vida a bordo. El servicio a yatístas le ofrecerá duchas, lavandería, toilettes, avituallamiento, información náutica… Si decide descansar en tierra, escoger será un asunto del concepto que usted tenga de las palabras privacidad y confort. Bungalows, residencias, habitaciones del hotel o cabañas.
Todo a la mano, con aquellas comodidades que usted considera deseables. El “Jardín del Edén” –cuatro estrellas, 314 habitaciones en servicio ahora mismo- es lo más resiente. “El Viejo y El Mar”, totalmente remodelado tiene 146.
En el buen gusto del comer puede hallar algo nuevo cada día: cocina marinera en “Papa’s”, carnes rojas a la española en “Fiesta”, la tentación de las pastas italianas en “La Cova-Pizza Nova”, con servicio a domicilio y, por supuesto, en su habitación o barco.
¿Algo más? Seguro lo encuentra. Una reparación a bordo, rentar un auto –tal vez una limousina para un compromiso particularmente distinguido-, una sesión de buceo, un partido de tennis o volleyball de playa… Una noche estrepitosa de música salsa o disco en “Los Caneyes” del “Papa’s”.
Si ha llegado a la conclusión de que usted se merece descansar unos días en un sitio así, dígale a su capitán que marque en el GPS a bordo la posición 23º5,3 LN / 82º30,5 LO.
Y no se deje arrastrar por la corriente.
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