SOBRE EL DECRETO LEY 164
UN AÑO DE LEY
Mar y Pesca, No. 307, marzo 1998, Pág. 28

Administrar los recursos de las aguas es hoy día un desafío para todo el planeta. Si no se pone orden y no se explotan bajo criterios de sustentabilidad, las aparentemente infinitas riquezas de los océanos y las aguas terrestres comenzarán a faltar. Ya comienzan a faltar.

Cuba, con un relativamente extenso patrimonio acuático, no está ajena a ese contexto. La necesidad de una norma jurídica actualizada y coherente, que sirviera de base al aprovechamiento racional de los recursos vivos de los mares y aguas interiores, tuvo respuesta con la entrada en vigor del Decreto Ley 164, Reglamento de Pesca.

El nuevo instrumento legal, en acción desde septiembre de 1996, derogó viejas reglas que habían perdido su eficacia al cabo de seis décadas e introdujo pautas conservacionistas en la práctica de la actividad pesquera, sea su objetivo la producción comercial, la recreativa e incluso la investigación.

Aunque mucho más reciente que la Ley General de Pesca de 1936, el Decreto 103, sobre la Pesca no Comercial, adoleció de carencias en su contenido y de muchas más en su implementación. Saldo evidente de un punto de vista que alentaba la producción a toda costa y costo.

Con nueve capítulos y 60 artículos, el Decreto Ley 164 protege con énfasis particular a un grupo de especies acuáticas altamente sensibles o de relevante interés económico, incluida una docena de las nominalizadas por el CITES (Convención Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas).

El tratamiento de las infracciones se endureció con multas y otras medidas al nivel de la realidad actual, en tanto fueron introducidas novedades para nuestro contexto, como las autorizaciones de pesca y la zonificación de las aguas marítimas circundantes, de acuerdo con su importancia económico-pesquera, por intereses económicos o de otros tipos.

COOPERACIÓN, NO IMPOSICIÓN

Encargado de materializar la política del Estado y el Gobierno en esta materia, el Ministerio de la Industria Pesquera (MIP) cuenta desde la entrada en vigor del decreto ley con un instrumento esencial para garantizar la eficacia de sus decisiones.

La Comisión Consultiva de Pesca, prevista en el capítulo segundo del Reglamento de Pesca, cumplió su primer año con aportes que permiten lograr una organización superior en el manejo de los recursos marinos y de las aguas terrestres.

Un total de 17 resoluciones oficiales del MIP fueron adoptadas en el período mediante el previo debate colegiado con la participación de representantes de organismos e instituciones que comparten intereses en cada cuestión regulada. Las medidas propuestas constituyen normas que complementa el Decreto Ley 164 y respaldan su implementación práctica.

Sobresale entre otros la Resolución Conjunta número 1/97, acordada con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) para proteger los arrecifes coralinos de daños por embarcaciones, contaminación o extracción ilícita, medida a la que seguirá la adopción de un reglamento para la realización del buceo contemplativo bajo normas ecológicas en las mencionadas áreas.

Ocho resoluciones cuyas propuestas fueron debatidas en la Comisión Consultiva, establecieron zonas vedadas o bajo régimen especial de uso y protección, cuya característica general es restringir el impacto humano a aquellas actividades que, bajo riguroso control científico, no perjudican el equilibrio del entorno.

Entre las áreas cuyo empleo se ha sometido a diferentes formas de control se encuentran más de un centenar e embalses abiertos a la pesca deportiva, actividad de interés social que hace años sufrió una drástica restricción en las aguas dulces a causa de la controvertida Resolución 185/92, aplicada, según se examinó en su momento, sin las consultas con las autoridades deportivas prevista en el Decreto 103.

Orlando F. Rodríguez Ramay, actual titular del MIP, señaló que la Comisión Consultiva de Pesca ha dado mayor experiencia y espíritud cooperativo al organismo, e hizo énfasis en la voluntad del ministerio de educar a la sociedad en la protección de los ecosistemas acuáticos.

El establecimiento de tallas mínimas para 92 especies comerciales, de cuotas de captura en la pesca recreativa y de prohibiciones da captura y comercialización de especies potencialmente tóxicas, son también resoluciones surgidas en la Comisión, como resultado de consultas multi-institucionales.

CONTROLAR, SANCIONAR . . . Y EDUCAR

En opinión el doctor Julio Baisre, científico en activo y director de Regulaciones Pesqueras del MIP, el vigente Reglamento de Pesca cubano ha asimilado lo más avanzado de la experiencia internacional en materia de ordenamiento pesquero.

A la Comisión Consultiva le señala dos grandes victorias: haber aunado los esfuerzos a nivel de gobierno para la toma de decisiones en esta materia y contribuir a brindarle al Decreto Ley 164 la necesaria complementariedad para que su acción sea real y efectiva. De la reciente creación de las Comisiones Consultivas Provinciales se esperan también los mejores frutos, dijo.

El doctor Baisre comentó que, con el más definido respaldo legal con que cuenta ahora el ordenamiento pesquero, la plataforma submarina cubana será objeto de una nueva zonificación con vistas a una mejor administración del recurso, con más ahorro de combustible y otros insumos

“Dicha parcelación, que funciona por tradición para las pesquerías de langosta y camarón -señala el especialista-, las vamos a legislar, incluyendo ahora las labores extractivas de especies de escama, con el fin de implementar a partir de que en 1998 se emitan las nuevas licencias de pesca”.

Otro aspecto que en opinión de Julio Baisre, ha demostrado un saldo positivo al cumplirse el primer año del Reglamento, es la labor de la Oficina Nacional de Inspección Pesquera (ONIP).

En principio han sido necesarias acciones enérgicas para que la ley no se convierta en letra muerta. Más de 6000 infracciones tuvieron que pagar, en conjunto, una cifra superior a los 7,4 millones de pesos por concepto de multas. Esto no tiene nada que ver con el legítimo ejercicio de la pesca.

Los decomisos constituyen una muestra del nivel de actividad infractora: 83,3 kilómetros lineales de redes y más de 300 botes, por sólo mencionar los datos más significativos, según informa el Capitán de Navío (R) Juan Fung, director de la ONIP.

El volumen de capturas ilegales, ocupado de septiembre de 1996 al mismo mes de 1997 incluye 27 toneladas de langosta y 14 de camarones, importantes rubros exportables cuyo tráfico por particulares es multado en hasta 5000 pesos.

Según el capitán Fung, entre los infractores -además de dueños de Paladares que ofrecían mariscos en sus establecimientos- fueron sorprendidos tanto pescadores furtivos como trabajadores del organismo que desviaban con propósito de lucro parte de la captura.

Aunque durante una etapa inicial los infractores y multas reportados deben reportar un incremento, debido a la mayor experiencia y actividad de los inspectores, es lógico que la educación de la población respecto a la ley haga luego disminuir tales incidencias, considera el director de la ONIP.

El personal dedicado a estas funciones se incrementó de sólo ocho inspectores a más de 140 en todo el país, donde cada provincia y el municipio especial Isla de la Juventud cuenta con las respectivas filiales de la Oficina.

La ONIP, entre cuyas funciones se cuenta también el control de la calidad de los procesos de producción de pescado y la acción contra los vertimientos de contaminantes a las aguas por fuentes terrestres, ha sido la encargada de traer a la actualidad pesquera cubana otra novedad.

Se trata de las autorizaciones de pesca. Durante 1997, más de 26000 aficionados cubanos obtuvieron por primera vez licencia para la práctica de la pesca deportiva. Igualmente la solicitaron entidades turísticas que ofrecen esta modalidad recreativa y todas las embarcaciones destinadas a la pesca comercial, la de autoconsumo y la de investigación, las cuales suman otras 2000 autorizaciones.

Tomando una expresión de pescadores, cuando ellos quieren nombrar a una especie de pez que se destaca entre otras similares, este ha sido, para la pesca, un año “de ley”.

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