NOTICIAS PARA PESCADORES DEPORTIVOS
TAG AND RELEASE EN EL TORNEO HEMINGWAY
Cuban Review, Año 3, No 26, sept. 1997, pág. 14

Bien, ya está hecho. Durante los últimos tres años se esperó con cierto impaciente escepticismo a que las reglas conservacionistas del tag & release, o marcado y suelta de los peces de pico, se aplicara en el principal certamen piscatorio cubano, y asombra ahora la sencilla eficacia con la que todo ha sucedido.

El XLVII Torneo Internacional de la pesca de la Aguja Ernest Hemingway se efectuó en La Habana del 19 al 24 de mayo bajo las nuevas normas y unos cuantos ejemplares nadan ahora libres y vivos en la Corriente del Golfo gracias a ello. Los diferencia un fino cable de color naranja implantado en el dorso con una numeración seriada que puede ser alguna en torno al 169200 ó el 169300.

Con anterioridad a la puesta en práctica de esta iniciativa, la Marina Hemingway, organizadora de la cita, limitó el peso mínimo de las capturas durante los torneos del reciente trienio, pero aquello no parecía una medida muy convincente. Algunos pesos faltos de talla eran conducidos al muelle, no punteaban y seguían su camino hacia alguna cocina.

Con la ayuda muy inmediata de la Internacional Game Fish Association (IGFA), de la Bill Fish Foundation y el Club Náutico de San Juan, Puerto Rico, el local Club Náutico Internacional Hemingway dispuso en La Habana de algunos medios y asesoría necesarios para poner en marcha este paso de avance.

Entre los recursos, fueron esenciales los correspondientes tags para implantar en el cuerpo de los peces y las tarjetas con los datos de capturas para ser envidos a la Bill Fish Foundation. Los bastones para el marcado fueron en su mayoría improvisados en madera, pero cumplieron su cometido.

La Federación Cubana de Pesca Deportiva, por su parte, además de aportar los habituales jueces de competencia, reunió entre sus afiliados una veintena de conocedores de la pesca mayor para que se desempeñen como observadores y controladores de las reglas de a bordo de las embarcaciones.

AVIOS AL AGUA

Una flotilla de 18 yates de largos outriggers salió cada día al mar desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde. Se habían reunido para competir equipos de Alemania, Canadá, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Japón y México.

El área de competencia, prestigiada por la abundancia de peces desde la época de Ernest Hemingway, abarcó cerca de 60 millas náuticas, entre el puerto de Cabañas y la localidad costera de Santa Cruz del Norte, formando un corredor dentro del cual los yates buscaban la Corriente del Golfo hasta una distancia de 15 a 20 millas de la costa.

Las reglas de competencia del Hemingway establecen que la pesca se efectué por el sistema trolling, definido como el remolque de las carnadas tras la embarcación en marcha, con líneas de 30 libras de resistencia a la tracción.

Ahora, además, existe una longitud mínima para cada especie, medida entre la mandíbula inferior y la horqueta de la cola, a partir de la cual se considera válida y punteable la captura y desembarque de un pez. En el caso del castero azul, por ejemplo, la especie mayor en aguas cubanas, esa medida será de 76 pulgadas.

Un par de piezas fueron descalificadas el primer día y algunas en los siguientes, pero el tag and release se impuso en el certamen. El japonés Takaro Hirobashi impresionó y dio el ejemplo con la liberación de un castero de 140 libras.

El cubano Reinaldo Curbelo, un joven patrón y guía de pesca de la Marina Hemingway, tuvo el mejor desempeño individual de la cita, con cuatro piezas llevadas a bordo del yate El Bicho.

Curbelo y su compañero de equipo, Manuel Serrano, completaron en conjunto 405 puntos (marcaron y soltaron un castero, tres agujas blancas y una aguja de abanico), cediendo sólo en medio punto ante la tripulación alemana del Alloy Sea, campeones por equipo de la copa.

La pieza decisiva para este resultado fue una aguja de casta que Heinz Bonde cobró y llevó al pesaje, con saldo de 155 puntos y medios a su favor, esa fracción de punto dio la victoria. Werner Durr, su compañero, liberó dos peces de la misma especie. El guía de este equipo, vale recordarlo, fue el cubano Jorge Cunill.

Otro yate que estuvo muy cerca del triunfo fue el Suncatcher, de Estados Unidos. A bordo de éste, Rob Ardick marcó y soltó la que oficialmente fue considerada la primera aguja del certamen. Jack Baumler sumó dos piezas y Ferry Millar otra, para un marcaje conjunto de 400 puntos.

Un barco con un interesante desempeño en esta edición del Hemingway fue el Taíno, que sirvió de plataforma al equipo de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (ACLIFIM).

El equipo ACLIFIM sacó un dorado de 37,5 libras y se llevó el premio que parecía destinado al principio para un mexicano. El mismo día, el competidor Dagoberto Mayea perdió a bordo su oportunidad por la descalificación de un castero.

Las horas finales del último día de competencia fueron del Taíno. Un pez que lidió cuatro horas mantuvo en espera a jueces, periodistas y aun a una parte del público, hasta las nueve de la noche. Le faltaron cinco pulgadas para ser válido, pero a todos les gustó concluir la competencia con tal expectación.

Un total de 24 peces de pico fueron capturados en el certamen, un saldo muy satisfactorio respecto a los últimos años. Lo mejor de todo, sin embargo, son las 15 agujas que fueron saltadas y aun nadan libres en la Corriente del Golfo.

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