BASS INTERNACIONAL EN AGUAS CUBANAS
Cuban Review, abril 1997

Los principales expertos en la pesca deportiva fluvial en el planeta están convencidos de que el próximo récord mundial de black bass o lobina negra boquigrande tendrá por sede un acuario cubano. La marca vigente, reconocida por la Internacional Game Fish Association, IGFA, fue establecida en 1932 en un lago norteamericano.

Aunque esta opinión podría general grandes ganancias al turismo en la nación caribella, en realidad el pez, científicamente identificado como Micropterus salmoides, no es objeto hasta hoy de ninguna protección especial, como es el caso de las especies de interés alimentario que explota el sector acuícola cubano.

Entre aficionados al deporte de la pesca y pescadores furtivos se hallan casi los mejores conocedores de esta especie acuática en la isla, introducida desde el sur de Estados Unidos hace ocho décadas. Algunas entidades turísticas locales y foráneas lo ofrecen como opción, pero sólo en unos pocos reservorios del país donde habita el pez.

PASO A LA COMPETICION

Cuando abunda y está en animo de comer, la lobina enloquece a los aficionados. “Nunca hay que esperar más de dos minutos para sentir picadas”, escribió un periodista español en la revista Solo Pesca.

La publicación hispana, con casa editorial en Barcelona, organizó una competición internacional en Cuba en 1995 y decidió repetir la sede del 18 al 25 de febrero de este año. Para iniciar los lances fue escogida la laguna La Redonda, un estuario natural rodeado de mangles que brindan protección a una rica ictiofauna en sus cuatro kilómetros cuadrados.

En el lugar, situado en la provincia de Ciego de Avila, casi 500 kilómetros al Este de la Habana, se dieron cita 11 parejas de pescadores, tres de estas de España, un equipo formado por dos periodistas holandeses y el resto en representación de algunas islas antillanas, incluida la propia nación sede.

Durante las dos primeras jornadas de competencia, el 19 y el 20 de febrero, todas las embarcaciones retornaron al muelle de La Redonda con captura a bordo. Cada día se pescó en dos mangas, para aprovechar las horas de la mejor picada, al amanecer y a la caída de la tarde, evitando de paso, el castigo del sol al mediodía.

Entraban bien los peces a los señuelos artificiales reglamentarios y hubo pesca suficiente para dejar a todos satisfechos. Ningún equipo alcanzó el cupo de 10 piezas por día, pero había mucha picada, aunque el concursante tenía que devolver al agua toda pieza que no alcanzara los 35 centímetros de longitud prevista por las normas.

La misma noche del jueves 20 hubo que viajar 200 kilómetros hacia occidente, en dirección a la ciudad de Santa Clara, donde se alojaron los competidores para la segunda parte de la copa, que fue a disputarse al embalse artificial de Alacranes.

Servida por el río Sagua la Grande, la represa acoge 350 hectómetros cúbicos de agua y es a la vista una planicie acuática que continúa en los llanos circundantes y se une al cielo cuando se la mira desde uno de sus extremos. Suaves colinas distantes y unas cuantas chimeneas de fábricas de azúcar la rodean.

UN RECORD PERSONAL EN ALACRANES

Julián López y Benjamín Pí se llevan una década en la edad y, aunque españoles ambos, uno vive en Barcelona y el otro en Mequinenza, Aragón. No se conocían pero formaron equipo, tal vez porque se reconocieron entre si como los menos veteranos de la dotación, o quien sabe si debido a que los dos forman en el ramo de la hostelería.
Dicho de otra forma: al descender del avión en Cuba eran dos casi novatos que iban a vérselas con un grupo de avezados contendientes, entre los cuales unos cuantos participan en varios torneos por año, incluida la pasada edición de la copa Solo Pesca, y dos eran nada menos que los campeones nacionales del país sede.

Les fue bien. En La Redonda concluyeron terceros al cabo de las dos mangas en la cerrada laguna. Pero, decir que iban seguros a premios en la final, era demasiado. Dos equipos antillanos les superaban por un pez, mientras tenían a sus espaldas a un solitario competidor de no pocas posibilidades, en principio.

Pero José Luis Nuñez tuvo que dejar la lid sin lanza la línea en el embalse de Alacranes, debido a un percance familiar. Con 11 lobinas cobradas sin compañero de pesca, la partida de un rival tan capaz fue lamentadas por todos.

Apenas el jurado dio la arrancada vespertina el viernes 21, el guía Luis llevo la motora a la zona más alejada de Alacranes. Buscaron el amparo de una isleta de espesa vegetación y comenzaron los lances.

Algún bass pequeño tomaba la falsa lombriz de vinilo y era devuelto al agua, hasta que un fuerte tirón tensó y dobló la caña Saint Croix de Julián.

-No había más de dos metros de agua y no intuía que hubiese pieza tan grande allí-, dijo el pescador, quien tenía en mente el pez que dos días antes había quebrado otra de sus varas en La Redonda.

Era la línea de un hilo trenzado muy fino pero capaz de resistir una tracción de diez kilogramos. Se escapaba continuamente de la bobina del carrete de spinning, mientras el pez trataba de liberarse del anzuelo, fulera ya de su boca la lombriz negra de cola amarilla que tanto lo había tentado.

Fue una fortuna que un huracán dejara libre de vegetación la represa meses atrás. El pez de 6,9 libras fue la pieza mayor de la competencia y el empujón definitivo al primer lugar. También fue devuelto al agua tras pesarlo y medirlo ante los jueces.

-Es mi récord personal-, declaró Julián, y advirtió que nunca antes había pescado con “mamporro”, como denominó al señuelo plástico tan popular en Cuba. Luego agregó:

-Si no hay novedad, me gustaría volver en agosto con mi mujer.

Ambos han ganado una semana de estancia en Cuba como parte de los premios. Benjamín, que es el más joven del equipo, partió enseguida a Varadero para disfrutar en la famosa playa. ¿A qué esperar?

La manga final de la competencia, el sábado 22 de febrero, no ofreció otros cambios de consideración. Los equipos antillanos que desde las primeras jornadas marcaron para ganar, quedaron en las posiciones inmediatas a las del dúo español.

Luis Ortiz y Carlos Ríos sumaron una captura más a la docena que hicieron en la laguna La Redonda y quedaron como sublíderes, mientras que a Luis Villafaña (campeón e la segunda copa Solo Pesca) y a Angel Hernández les bastó la puntuación inicial para colgarse del tercer puesto.

La Redonda rindió un total de 91 lobinas de talla reglamentaria, con un peso conjunto de 210 libras. Alacranes, por el contrario, fue desalentador con sólo ocho capturas, acción de pesca que no justificaría ni un tope entre amigos del mismo barrio. Al parecer, al coauspiciador local del certamen le faltó tiempo para cumplir sus funciones.

José Manuel González López, director de la revista Sólo Pesca, y principal organizador de la competencia, anunció que la cuarta Copa de Pesca Black Bass será en España.

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