AGUJAS ENTRE DOS FRENTES
MAR CARIBE. La Revista de la Mar. Cuba. No. 6, Abril, Mayo, Junio 1995, p. 65

Canarios, alemanes y cubanos salieron a disputar, varas en ristre, el primer lugar del Torneo Internacional de Pesca de Agujas Cuba-Canarias, ganado por el canario Miguel Untiedt

Una cuña de buen tiempo entre los numerosos frentes fríos de la reciente temporada invernal cubana, fue aprovechado por deportistas locales y extranjeros para desarrollar el Torneo Internacional de Pesca de Agujas Cuba-Canarias, organizado por la Marina Tarará de la cadena Puertosol, y que fuera ganado por el canario Miguel Untiedt y su colega Isidoro Guerrero, mientras que en segundo y tercer puesto quedaban los también canarios Miguel Cabrera y Joaquín Quiles, respectivamente.

En total seis yates tomaron parte en la lid, sobresaliendo el hecho de que nunca antes se había efectuado un certamen a la altura de la costa noroccidental de Cuba en fecha tan temprana –entre el 25 y 28 de febrero-; empero, la cantidad de piezas capturadas, tanto de agujas blancas como de casteros y dorados, evidencia que si se puede “curricanear” en esta época.

La Marina Tarará se ha convertido en un puerto asiduo para numerosos amantes de la pesca mayor. La Corriente del Golfo fluye próxima a la costa y en tierra hay siempre buen espacio y ocasiones sobradas para confraternizar en un sano ambiente deportivo. Entre los adeptos que ganó el enclave durante los topes piscatorios de 1994 se encuentran los empresarios Joaquín Quiles y Miguel Cabreras, de Islas Canarias, quienes alentaron la celebración de esta cita.

El congresillo técnico fue conducido por Gustavo Iglesias, Vicepresidente de la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD); estrictas reglas fueron acordadas para la pesca, que se efectuó con avíos de “trolling”, sedal de 50 libras de resistencia y la prohibición explicita de carnadas vivas y “motas”, nombre que dan en el país a unos pedazos de seda artificial que enredan en forma mortífera el pico de los peces.

Hablan los casteros

La primera jornada pudo ser definitiva, con las dos agujas de casta que dieron 202,4 puntos –un punto por libra- al alemán Meter Osterman; sin embargo, la segunda mostró que los campeones de pesca también necesitan tiempo de “calentamiento”.

El canario Miguel Cabrera, a bordo del yate “Veneciana V”, cobró una aguja de 173,8 libras que vendría a quedar como el mayor pez de la competencia. Con un dorado y una barracuda, logró en la prueba un acumulado de 214,5 unidades. Lo superaba, entre tanto, su coterráneo Miguel Untiedt, que en dos jornadas acumuló 255,2 puntos y, en la tercera, condujo al costado del yate “El Galo” un castero de 158,4 libras para completar los 413,6 puntos del triunfo definitivo, compartido por su compañero de equipo Isidoro Guerrero.

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