CAYO LARGO DEL SUR, LA REVELACIÓN DEL AÑO

La captura de cuatro casteros en el Torneo Internacional de Pesca Cayo Largo del Sur 1991, efectuado a finales de septiembre pasado, motivó el entusiasmo de especialistas de la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD), quienes sin embargo consideraron de máxima importancia los siete atunes cobrados durante la competencia.

Ambos resultados constituyen noticias trascendentales para los amantes del deporte de los avios, pues la zona escogida para el certamen no aparecía reportada hasta ahora entre los enclaves marítimos del país con reconocidas posibilidades para la pesca de agujas con vara y carrete.

Además del área tradicional donde cada año se celebran los principales torneos cubanos, en el litoral noroccidental, se han efectuado pescas deportivas de peces de pico al norte de Holguín, mientras en distintas épocas se ha hablado de las agujas que corren por la Cayería de Las Doce Leguas y existe al menos un reporte de captura en los cayos de San Felipe, durante la década de los ’50, ambos puntos enclavados al sur del archipiélago.

El Torneo Cayo Largo ’91 fue ganado por el cubano Alexis Vázquez con un castero de 133.1 libras, frente a cuatro equipos de Las Islas Caiman, uno de los puntos del Mar Caribe donde la pesca de agujas alcanza su mayor relevancia.

Promediar casi una aguja por embarcación en un área que apenas comienza a explotarse constituye un índice digno de consideración, cuyo significado se incrementa al tomar en cuenta la proximidad de Cayo Largo del Sur a la derivación de la Corriente del Golfo que circunda los límites meridionales del archipiélago cubano.

Este acontecimiento –hallazgo indudablemente favorable para el turismo- conduce a meditar en la necesidad de una seria prospección en torno a Cuba, con el fin de estudiar la presencia de aguja en diversos puntos de las costas norte y sur en el transcurso de la temporada de corrida de estas especies. Un enfoque metódico de esta labor podría significar la creación de varios torneos al año, tanto nacionales como internacionales.

En Cayo Largo del Sur también se abrió una fascinante expectativa con la captura de varios ejemplares de túnidos, especies que ocupan junto a las agujas el lugar más alto en los intereses de los aficionados a la pesca mayor en el orbe. Uno de los más antiguos certámenes piscatorios que conoce el mundo, el Cat Cay Tuna Tournament (Bahamas, 1939), está dedicado exclusivamente a la captura de atún.

Los siete ejemplares de Cayo Largo pesaron entre 17 y 27 libras, lo cual, aunque no constituye una gran marca para una familia de peces que llegan a sobrepasar las 500 libras, tiene sin embargo el aliciente del hallazgo que puede conducir, investigación mediante, a la posibilidad de competir en alguna fecha por la pesca exclusiva de estos torpedos marinos.

En las aguas cubanas se ha reportado hasta ahora la presencia de una decena de especies de tunidos. Entre estas la más importante es la del gigante atún de aleta azul (Thunmus thynnus), capaz de alcanzar más de tres metros de longitud total y 500 kilogramos de peso. Las capturas comerciales con palangres lo reportan menores de dos metros, pero siempre de una talla tentadora para el deportista.

Otros que reciben el nombre común de atún son el de Ojo grande (T. obesus), que puede alcanzar 240 centímetros de longitud, y el popular Aleta amarilla (T. albacares), encontrado hasta de 80 kilogramos en nuestros mareas.

Igualmente forman parte del grupo la Albacora, el Comevíveres, la Falsa albacora, el Bonito listado, o las pequeñas Macarelas Estornino y las melvas.

Un caso especial, digno de mayor atención deportiva, es el Peto (Acanthocybium solanderi), a cuya pesca en aguas cubanas dedicaba un Concurso Nacional desde 1938 la revista Carteles. Pez famoso por su formidable arrancada -“el fusilazo”-, históricamente se le ha pescado con alambre, aunque tenemos en el país varios récords logrados con vara y carrete.

Refiriéndose propiamente a los grandes atunes, los especialistas señalan que, al ser anzolados, descienden verticalmente con toda su poderosa fuerza hasta gran profundidad. Esta característica no representa mayor obstáculo para su pesca en lugares de calado medio, como aquellos donde se llevan a cabo los actuales torneos internacionales dedicados a la especie, pero podría desvanecer toda esperanza deportiva –en opinión de algunos entendidos- tratándose de aguas profundas como las nuestras.

De cualquier manera, el asunto merece un buen análisis de carga a la práctica. Quedaría siempre la opinión de ajustar la fortaleza del avio a la lucha que brindan los grandes peces, hasta el límite de 130 libras de resistencia a la tracción en el sedal que admite la Internacional Game Fish Association (IGFA).

El biólogo, Dr. José Fernández Milera, uno de los colaboradores científicos de la FCPD, participó hacae algunos años, en una prospección pesquera en el Triángulo Cabo Cruz-Carapachibey-Gran Caiman, y afirma que durante esa experiencia cobraron 37 tunidos en la zona –colindante a Cayo Largo del Sur- con pesos máximos entre 535 y 568 libras.

Cuba, que tuvo campeones en la pesca de atún en las Bahamas y en el antiguo clásico de Nueva Escocia, Canadá, podría ofrecer en pocos años esta nueva opción que sería, sin duda alguna, entusiásticamente recibida por los amantes a la pesca que nos visiten. La FCPD, con seguridad, pondría al servicio de esta labor su reconocida experiencia organizativa y a sus mejores expertos en el manejo de la vara y el carrete.

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