Torneo Hemingway Internacional
MAS AGUJAS QUE BARCOS


Hirvientes las aguas de la corriente del Golfo. Dos mil 431,1 libras de captura sólo en peces de pico. El mejor certamen en cuatro años y seguramente en muchos más.

La cantidad de peces de pico anzolados por los competidores superó el número de yates participantes en el XLI Torneo Clásico Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway, celebrado en La Habana del 20 al 25 de mayo último.


En cuatro jornadas de pesca -la primera fecha del cronograma fue para el congresillo técnico y el jueves 23 se decretó descanso- los 26 barcos en pugna arribaron al muelle de la Marina Hemingway con un total de 14 agujas de casta (Makaira nigricans), 15 agujas blancas (Tetrapturius albidus) y cinco agujas de abanico (Istiophorus platypterus).


Las 34 capturas de importancia -tambien se pesca el dorado (Coryphaena hippurus), pero sólo para premiar al de más peso- representan un promedio de 1,307 piezas por embarcación. La cifra es notablemente superior a las de los tres años anteriores, cuando este indicador alcanzó valores de 0,81, 0,32 y 0,67, según cálculos del autor.


Cuando dicho promedio es superior a la unidad, en estos torneos que regularmente se convocan para cuatro sesiones de pesca, significa que la abundancia de peces en la corriente permite prever que cada barco tendrá una oportunidad de hacer su captura, si bien en la práctica unos cogen varios y otros ninguno. En la actual cita, dos tercios de los equipos volvieron una o varias veces a puerto con captura, mayoría que crea un precedente general de satisfacción y ánimo durante la competencia.


A la Marina Hemingway acudieron este año menos equipos que en la cita precedente, pero todos de una calidad excepcional.


Mexico y los Estados Unidos se representaron por seis yates cada uno, incluído en la flota del segundo país el"Rainbow Eyes", a bordo del cual William Rogers ganó el año pasadop el XL Torneo. Por Italia compitieron cuatro embarcaciones, tres por Cuba y una, respectivamente, por Alemania, Canadá, España, Japón, Suecia y la prensa extranjera.


Desde la primera jornada el cubano Jorge Cunill llevó el pukso de la competencia, al presentarse al muelle con un castero de 107 libras y ocho décimas de peso. Al siguiente día repitió la entrega con ocho libras y cuatro décimas más que el pez anterior, confirmándose en su posición.


La ventaja lograda en la inicial por el local conjuró el empuje demostrado el miercoles por el mexicano Carlos Vargas, uqe dobló en un solo día con aguja de casta de 118,5 y blanca de 29,4 libras.


El acumulado fue la suerte del cubano, quien por su parte no dejaría de observar a Francesco Arboit, de Italia, que entregó a los pesadores un castero de 127,6 libras, el mayor en el transcurso de dos pruebas de pesca, después de haber debutado con un dorado de 34,3 que parecía destinado al premio de esa especie.
Tras el receso del jueves, los 79 competidores salieron más decididos a la Corriente del Golfo. En las dos pruebas iniciales se habían logrado 11 agujas que pasaban en conjunto de las ochocientas libras de peso. Luego, peces no faltan, así que a buscarlos y a dominarlos con la vara si la suerte las encamina al extremo del sedal.
El viernes, día de la tercera prueba, no transcurrió aburrido para el jurado. Cerca de mediodía llegaron por radio noticias de que el Costa Azul tenía dos capturas a bordo y una el Hatuey, donde va un equipo que representa a Holanda.

Experiencia y 224 puntos represenmtan la ventaja del veterano Jorge Cunill. Cuando la tarde transitaba hacia el ocaso, los pesadores, jueces, estadísticos, personal científico y periodistas no cesaban de repasar la pizarra de anotaciones a cada captura que entraba en el registro.



Uno tras otro llegaban los barcos con su pez y todos estaban atentos a no perder el dato. Se llenó el muelle de aficionados que comentaban entusiastas cada arribo exitoso en una docena de idiomas. El doctor Milera y un equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Pesqueras iban de una a otra aguja con cinta métrica, una afilada navaja y la tablilla de notas a mano.


Una veintena de agujas fue el saldo magnífico del día. Cunill llegaba radiante con un equipo al que estaba dispuesto a calificar de "estelar", con las dos piezas anunciadas y una más aportada por Orlando Mir. Alcanzaba 307,1 puntos en el marcador individual y -con la contribución de su compañero a bordo- 355,7 para el equipo Costa Azul.


El mexicano Vargas no había estado corto en su empeño. Con un castero de 113,0 libras y una aguja blanca de 43,4, adicionados a las piezas primeras, llevó su average hasta 304,3 unidades, menos de 3 puntos de Cunill. El yate Alecrín, que ocupaba con sus hermanos Erick y Luis, tenía su misma puntuación, por lo que la posición colectiva era la misma respecto a los líderes cubanos.


La sorprendente jornada del viernes avanzó todavía más con la llegada del tambien mexicano Armando Ferrat -yate Cuba-, captor de un castero de 166,4 libras -el mayor del certamen- y del Alemán Alfred Kurt Kemmer, con un dorado de 39,7 lb que convirtió en historia las esperanzas de Francesco Arboit para el premio a esta especie. Así mismo quedaron las cosas el sábado de la prueba definitiva, pues las tres capturas de ese soleado día no influyeron en la tabla de posiciones.
Jorge Cunill y su equipo tienen ahora inscritos sus nombres en la segunda placa de la bella Copa Hemingway, inaugiurada el año pasado por William Rogers.


La Corriente del Golfo quedó "ardiendo" como dicen de las tablas de los escenarios después de alguna memorable actuación.

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