PERFIL DE LA PESCA DEPORTIVA CUBANA
Mar y Pesca. No 294, Marzo 1990, pág. 20

LA PESCA DEPORTIVA ES PRACTICADA HOY POR JOVENES DE 12 AÑOS HASTA PERSONAS QUE HAN REBASADO LA TERCERA JUVENTUD, Y MAS DE LA MITAD DE LOS ENCUESTADOS LA REALIZA SEMANALMENTE

Desentrañar las raíces históricas de la pesca deportiva en Cuba, desligada al menos parcialmente del imperativo de conseguir el sustento en las aguas con artes no masivas, debe resultar a estas alturas una tarea investigativa sumamente trabajosa y de muy improbable éxito.

La llegada de los conquistadores a la mayor de las Antillas reúne a dos grupos humanos sólidamente vinculados al mar y, en sus diferentes niveles de desarrollo, capaces de valerse del mismo para subsistir, por lo cual unos y otros pudieron asimismo ascender al placer puramente recreativo que aporta la pesca.

Investigaciones arqueológicas realizadas en Cuba demuestran la importancia de los peces a la dieta de los aborígenes del archipiélago. La identificación en los residuarios de restos de pargos criollos (Lutjanus analis), chernas criollas (Epinephulus striatus) y picúas (Sphyraena barracuda)1, muestran su dominio evidente de ciertas artes de captura, que incluyen el uso de un tipo de anzuelo de concha encontrado en 1980 en el sitio de Punta del Macao, al este de la capital2.

Una referencia excepcional al deporte de los avios en el siglo XIX la brinda el novelista Cirilo Villaverde en su relato testimonial Excursión a vuelta Abajo, en cuya obra manifiesta la soledad de que hace queja una joven mujer residente en el hato de Sagua, “. . . pues el marido, como sucedía al presente, llevado de su afición a la pesca, se pasaba los tres y los cuatro días fuera de casa”.

Sólo hacia la cuarta década del actual siglo comienzan a aparecer en las publicaciones periódicas algunas informaciones, convocatorias y resultados de torneos y, más tarde, hasta secciones especializadas, que demuestran como las clases adineradas, únicas con recursos para mantener lujosos yates, toman el mar para extender su asueto pagado con el sudor popular.

No obstante, se mantiene vivo el fervor popular por el deporte de los avios, y nos cuenta un experimentado pescador, Salvador Pérez, que alrededor del año 1935 el frecuentaba con su padre el Malecón habanero, donde los aficionados de entonces pescaban con cordeles de fibra vegetal y usaban largas varas con alambres de bronce en lugar de sedal para pescar en el litoral.

REVELACIONES DE UNA ENCUESTA

Entre 1987 y 1988 el autor de este artículo distribuyó por todo el país un cuestionario con el fin de conocer la tendencia y opiniones de los pescadores deportivos cubanos. Retornaron un total de 84 planillas de Santiago de cuba, Camaguey, Sancti Spiritus, Villa Clara, Cienfuegos y Ciudad de La Habana.

El análisis de las respuestas evidenció una alta preferencia por la pesca marítima desde embarcaciones (40,5 por ciento) y la fluvial (39,7 por ciento), mientras las costas resultaron atractivas para menos de la quinta parte del total de los encuestados, y sólo un 10,5 por ciento las seleccionó como medio exclusivo para la práctica de su afición.

A pesar de representar un amplio espectro de edades -de 12 a más de 70 años-, más de la mitad de quienes emitieron sus opiniones aseguraron realizar la pesca semanalmente, y un 25 por ciento del conjunto la efectúa al menos dos veces al mes, lo que puede representar, en este caso, un grado considerable de proximidad a los acuatorios.

En relación con los horarios, la inmensa mayoría de los votantes encuentra favorable la pesca fluvial al amanecer (51,7 por ciento) y a l caída de la tarde (41,4 por ciento). Ambos momentos del día también son preferidos para el mar, pero en este las noches superan la media de interés, con el 32,9 por ciento a favor de las costas y el 29,4 por ciento sobre embarcaciones.

La marea más apreciada fue la alta, en particular el llenante (72,3 por ciento de votos positivos), y, en cuanto a los avios, el 35,7 por ciento emplean la técnica de vara y carrete y el 52,4 por ciento pesca a mano, mientras que el resto lo hace de ambas formas o no precisa dato alguno sobre el particular.

Otros aspectos como la influencia de las fases lunares y las especies preferidas, fueron igualmente evaluados; pero estos temas requieren ser tratados con mayor detenimiento.

DESPUES DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN

Con la creación, en 1961, del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), encontró la pesca deportiva su lugar, apoyo y orientación en la estructura del Estado cubano.

El sistema de competencias de la especialidad se inicia prácticamente con el casi inmediato rescate de los torneos Hemingway de la pesca de la aguja, el primero de cuya nueva era había tenido lugar en mayo de 1960 con la participación del Comandante Fidel Castro y del insigne novelista.

En la actualidad existen varios eventos de este tipo, en particular uno nacional y otro internacional, consagrados ambos a la memoria del autor del El Viejo y el Mar, mientras otros certámenes de gran nivel se llevan a cabo en la pesca del pargo (Camarioca. Matanzas) y de la trucha (Bayamo, Granma), todo un clásico en la especialidad fluvial.

Según las estadísticas del INDER, entre 1966 y 1985 las actividades de pesca deportiva en Cuba contaron con casi 4 400 000 participantes3. En el último de esos años sumaban 161 688 los afiliados a la Federación Cubana de Pesca Deportiva (FCPD), y actualmente se estiman en más de 200 000.

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