CUARENTA AÑOS DE TORNEOS HEMINGWAY
Mar y Pesca, No 296, mayo 1990, pág.11

HISTORICAMENTE HABLANDO, EL TORNEO DE LA PESCA DE LA AGUJA ERNEST HEMINGWAY ES PIONERO ENTRE LOS TOPES DEPORTIVOS ORGANIZADOS DEL PAIS, Y NO HAY DUDAS DE QUE ES UNO DE LOS MAS ATRACTIVOS Y EMOCIONANTES

El 26 de este mes de mayo se cumplieron cuarenta y un años del inicio de la primera competencia por el trofeo Ernest Hemingway celebrada en Cuba. A las nueve de la mañana de ese día, en 1950, un disparo de cañón anunció la salida de más de 30 embarcaciones desde el Club Náutico Internacional de La Habana, en la rada capitalina.

Manuel Bel, un experimentado patrón y pescador de agujas, a quien todos conocen como Blakamán, recuerda que unas semanas antes de esa fecha, en el mismo lugar que luego sería sede de la competencia, se reunió un grupo de personas interesadas en crear un torneo internacional de la pesca de agujas.

Un lunes a las seis de la tarde se encontraron allí varios representantes de los aristocráticos clubes habaneros, que ya desde comienzos de la década del 40 celebraban competencias de este tipo. Precisa Bel: el caricaturista Massaguer, algún funcionario de la entonces llamada Comisión Nacional de Turismo, y el propio Hemingway, que donaría el trofeo. En ese encuentro se acordaron las bases de uno de los más prestigiosos y antiguos torneos de pesca deportiva que mantiene su vigencia en la actualidad, hoy con el apoyo y la promoción que le ha brindado la Revolución Cubana durante más de 30 años.

-Ponerle este nombre fue todo un problema -manifiesta Blakamán-, pues el escritor norteamericano se oponía debido a que este homenaje le parecía algo póstumo, y él no se había muerto, decía. Pero lograr convencerlo con el argumento de que era el único en Cuba con un nombre conocido internacionalmente, capaz de atraer turistas.

El texto del reglamento del certamen, localizado en la edición del 27 de mayo de 1951 en la revista cubana Carteles, precisa que cada club contendiente estaría r4epresentado hasta por seis embarcaciones, en cada una de las cuales podrían competir dos pescadores locales y un visitante.

Sólo cuatro avios por barco se autorizaban, del tipo de vara y carrete, con sedal del número 15 (50 libras de resistencia) y el largo de la alambrada y del doble no mayor de 15 pies cada uno.

El gran premio Ernest Hemingway sería para el equipo que pescara la mayor cantidad de libras de agujas, y quedaría en propiedad del primero que lo ganara tres veces, aunque no fueran consecutivas.


EL PRIMER TORNEO

Una información sin firma, publicada el 27 de mayo de 1950 en las páginas deportivas del antiguo Diario de la Marina, anuncia a los lectores que el día anterior había comenzado “con gran entusiasmo la competencia de pesca internacional de aguja a vara y carrete en opción al trofeo que lleva el nombre del ilustre novelista Ernest Hemingway”.

Según la publicación –una de las más reaccionarias sufridas por Cuba, vale recordarlo-, en esa primera jornada salieron al mar más de 20 embarcaciones y, en un pie de foto del rotograbado de la edición del martes 30 de mayo, se informa que en total compitieron 36 barcos. Mientras, la revista deportiva FOTOS (Año V, Número 54-55, mayo-junio de 1950) fija en 34 la cifra de yates contendientes.

En la primera edición citada por el referido diario señalan que ele torneo concluyó a las seis de la tarde del domingo 28 de mayo, y la premiación la efectuaron el martes 30.

El triunfo en esa ocasión fue para el Miramar Yacht Club, por intermedio de los yates India III, con Aurelio Arredondo y Gustavo Doria en los avios, y el Carolson, a bordo del cual pescaron C. Skarbrevick y M. Bouza. Los auspiciadotes, del Club Náutico Internacional de La Habana quedaron en segundo puesto, y el tercer escaño fue para el Havana Yacht Club.

Una coincidencia curiosa que ilustra lo más importante de los torneos es competir, le ocurrió al famoso pescador del certamen: Ernest Hemingway no alcanzó puntuación alguna en esta lid, mientras Mary Welsh, Mrs. Hemingway, puso en alto el honor de la casa . . . con la mayor aguja del torneo, de 100 lbs.

Diez años más tarde el Papa declararía: “Esto es algo positivo; yo no soy un hombre de suerte en los concursos de pesca, aunque me gustaría tenerla”.

Lamentablemente, el anónimo cronista no ofrece las estadísticas totales de la competencia, pero comenta que el primer día no fueron grandes las capturas -10 agujas- debido a lo desfavorable de las corrientes. La mayor pesca de ese día, de 82 libras, la obtuvo Gustavo Doria.

El segundo día ya estaban definida las posiciones. El Miramar Y. C. tenía 322 libras en dos jornadas, el Club Náutico Internacional totalizaba 208 y media, y el Havana Y. C. 147.

EL HEMINGWAY DESPUES DEL TRIUNFO REVOLUCIONARIO

En 1959, a escasos meses de derrotada la dictadura batistiana, los exclusivos clubes del big six habanero no parecían darse cuenta de los nuevos tiempos. El Havana Y. C. ganaría por primera y última vez.

Más tarde, en 1961 y 1962, no saldrían los yates a la Corriente del Golfo. Cuba era acosada entonces y era preciso ante todo defender la Revolución y la soberanía del país. Pero en 1960 quedó sellada la continuidad del torneo, y de manera indiscutible.

De ello se encargó personalmente el Comandante en Jefe Fidel Castro, no sólo al orientar al Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT) la reapertura del certamen internacional, sino participando él mismo en la lid durante los tres días de competencia.

Fidel compitió a bordo del yate Cristal y capturó cinco piezas que le representaron 286,68 puntos y el primer puesto individual en la lid, a la cual asistía por primera vez.

La cita que esta vez tuvo por sede la rada de Barlovento -hoy Marina Hemingway-, contó con la presencia de más de 170 pescadores y 76 yates, en representación de 14 clubes. No volvería a realizarse un torneo internacional hasta 1978, cuando, además, de Cuba y los Estados Unidos, asistieron equipos de México, Venezuela, Suecia, la Unión Soviética y la República Federal Alemana.

Aquel certamen se denominó Primer Torneo Turístico Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway, pero pocos años después –en 1982- retorna la numeración que le corresponde a partir del encuentro celebrado en 1950.

Los topes internacionales se mantienen, ganan en nivel organizativo con el INTUR, y en la actualidad los promueve la Corporación Cubanacán, que en 1989 lanzó con éxito indiscutible el Primer Gran Slam del Caribe, combinando el Ernest Hemingway con una competencia similar celebrada una semana después en la Marina de Playa Linda, en Cancún, México.

El Gran Slam fue ganado por el venezolano Eduardo Angarita, que llevó a México una ventaja de 495 puntos acumulada en La Habana, y el seleccionado cubano, que integraron Roberto Jiménez, Félix Hernández y Rodolfo López, ganó la cita de Playa Linda y se coronó segundo en el tope combinado.

Pero la verdadera revitalización de los torneos Hemingway ocurre con la celebración de los certámenes nacionales desde 1963, y de los provinciales de Ciudad de La Habana, a partir de 1979, ambas citas de calidad que tienen por sede la rada de Cojimar.

Los Hemingway han asentado en Cuba una tradición, seguida por otros torneos similares de reciente factura, como el Curricán y el Castero, ambos de la Marina Hemingway, el Primavera, de la Marina Veneciana, y la Copa Castero 28 de Septiembre, en saludo a los aniversarios de los Comité de Defensa de la Revolución.

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