Un clásico de la pesca deportiva fluvial
La Demajagua, enero 1989.

Más que las estadísticas, satisfactorias de por sí, el alto nivel de los competidores, la exquisitez de los anfitriones y el fabuloso entorno natural seleccionado, fueron las claves del éxito si discusión del VII Torneo Nacional de la pesca de la trucha Incendio de Bayamo, efectuado los días 13 y 14 últimos.
Técnica diversa y lograda experiencia fueron probadas por los 21 dúos concursantes, que con la única ausencia de Guantánamo representaron a todo el país, incluidos dos equipos de la provincia sede y a los CDR, la FMC y los Pioneros locales, la corporación Cubanacán y sendos seleccionados de combatientes del Ejercito Rebelde de Granma y la capital del país, respectivamente.
La suerte, un factor que muchos colocan e primer lugar e esta disciplina recreativa, favoreció a todos en forma bastante pareja, pues pocos de los concursantes no lograron reunir los 12 ejemplares de la dinámica Mycropterus salmoides, reglamentados como máximo de captura para ambas jornadas.
El embalse Leonero, un emporio natural magníficamente conservado, ofreció unas 160 truchas mayores de los 40 centímetros del largo mínimo establecido, las cuales promediaron, aproximadamente, tres libras y 10 onzas.
Tal cifra convierte al certamen en el más cercano en calidad al de 1985, cuando se alcanzó la más alta media de peso por ejemplar, de 4,03 libras.
Otro hito significativo fue la nueva marca para el torneo lograda por el pescador Alfredo Durán, del equipo Combatientes de la Ciudad de La Habana, con un ejemplar de 10libras justas de peso.
Un consagrado como el villaclareño Elio Ruiz Álvarez demostró que su poco divulgada presencia en eventos internacionales de esta modalidad no había sido obra del azar, y por tercera vez se alzó en un Incendio de Bayamo con el cetro de mayor acumulador de puntos, con 36 libras y cuatro onzas de captura.
No pudo, sin embargo, superar su propia actuación de cuatro años atrás, cuando totalizó una actuación de 44,03, ni el tope impuesto en 1987 por su cercano contrincante Asdrúbal Moreno, que lideró dos años la máxima posición individual y es titular del récord de 47 libras y 14 onzas e el acumulado.
Moreno, junto a su coterráneo Enrique Domínguez, integró el seleccionado Granma A, que retuvo la Copa para la provincia por tercera vez, una de ellas por intermedio del seleccionado Granma B.
Los cederistas granmenses tuvieron firmes baluartes tuvieron firmes baluartes en la pareja de Blas Llorente y Blas Fernández, quienes con 63,09 puntos –uno por libra- dejaron atrás al resto de los pescadores, aunque el reglamento del torneo solo ofrece el trofeo Incendio de Bayamo a los equipos que representan a provincias.
Números aparte, merecen destacarse la cálida acogida de los bayameses a sus huéspedes, a quienes alentaron con su presencia en el desfile inaugural el día 12 de enero, aniversario 120 de la histórica quema de la ciudad, y en la masiva asistencia de público a los actos de pesaje oficial, efectuados en la local Plaza de la Revolución.
Ambos detalles, y las simpatías del pueblo granmense hacia los pescadores de todo el país, aportaron un aval de prestigio a la cita, que constituye hasta el presente el esfuerzo más serio por consolidar un certamen clásico de esta modalidad del deporte de la pesca, que goza de gran atractivo en el mundo.
El uso exclusivo de equipos de vara y carrete –llamados spinning o baitcasting- la exigencia por el respeto a la talla mínima y la calificada asesoría técnica de la Federación Cubana de Pesca Deportiva, mucho contribuyen también a este propósito, apoyado por el Partido y el Gobierno en Granma.

No hay comentarios: